Tras la fallida boda con Siemens, Alstom ha encontrado en el negocio ferroviario de Bombardier la pareja perfecta para reforzar su liderazgo en la "movilidad sostenible" y ganar músculo para hacer frente a la fuerte competencia china. Así, el fabricante francés ha pactado con el canadiense la compra de su división Transporte, por unos 5.900 millones de euros. De momento han firmado un Memorandum of Understanding (MoU), lo que implica que seguirán negociando los detalles de la venta en los próximos meses mientras espera que las autoridades de la competencia den el visto bueno a la integración. Así, el cierre de la operación está previsto para la primera mitad de 2021.
Bombardier ha valorado su división de transporte en 7.450 millones de euros (8.200 millones de dólares), cifra que se reduce hasta los casi 5.900 millones (6.400 millones de dólares) que pagará Alstom al deducir la deuda y el plan de pensiones de los trabajadores. Una vez deducida la parte de La Cassie, el fabricante canadiense ingresará entre 4.200 millones y 4.500 millones de dólares, incluyendo acciones de Alstom por 550 millones, con los que reducirá su deuda y potenciará el negocio de aviación privada (jets), uno de los únicos que le quedarán tras haber abandonado la aviación comercial. En concreto, la firma se centrará en la fabricación y venta del nuevo Global 7500, el avión privado o de negocios más grande del mundo. Bombardier asegura que el mercado de los jets está en plena expansión y que es un negocio de más de 7.000 millones de dólares.
Bombardier tiene la intención de "dirigir estos ingresos hacia el pago de la deuda"
"La venta del negocio ferroviario nos permitirá remodelar y redefinir nuestra estructura de capital. Agregar una cantidad sustancial de efectivo al balance general. Bombardier tiene la intención de dirigir estos ingresos hacia el pago de la deuda", ha asegurado Alain Bellemare, presidente Bombardier.
La Caisse de Dépôt et Placement du Québec es un inversor institucional que administra diversos planes de pensión y programas de seguros público en Quebec, y que pasará a ser uno de los principales accionista de Alstom con el 18,5% del capital. Y es que la firma se ha comprometido a invertir el 100% de los más de 2.000 millones de euros que ingresará con la venta de sus acciones de Bombardier Transportation en el fabricante francés.
"Es una oportunidad única para fortalecer nuestra posición global en el floreciente mercado de la movilidad"
"Estoy muy orgulloso de anunciar la adquisición de Bombardier Transportation, que es una oportunidad única para fortalecer nuestra posición global en el floreciente mercado de la movilidad. Esta adquisición mejorará nuestro alcance global y nuestra capacidad de responder a la necesidad cada vez mayor de movilidad sostenible. La operación traerá a Alstom presencia geográfica complementaria y huella industrial en mercados en crecimiento, así como plataformas tecnológicas adicionales", aseguró Henri Poupart-Lafarge, presidente y consejero delegado de Alstom.
Además, esta compañía prevé potenciar el tamaño del todavía negocio ferroviario de Bombardier en Quebec, "aprovechando las fortalezas en innovación y movilidad sostenible" de la región", apuntó Lafarge. También tiene la mirada puesta en mercados como México y China debido a que la compra le permitirá reducir costes y potenciar su desarrollo tecnológico.
En cuanto al material rodante, Alstom destaca la complementariedad de la cartera de Bombardier, que le permitirá "llevar a cabo una oferta integral en todos los segmentos ferroviarios", especialmente en nichos como el de monoraíl, "brindando un sólido reconocimiento de experiencia a través del desarrollo de soluciones específicas", señaló.