Abanca ganó el año pasado 405 millones de euros, lo que supone un descenso del 5,3% con respecto al ejercicio anterior, debido principalmente al efecto de la absorción de la matriz para recortar los costes y optimizar el capital. Si este impacto, y también el aumento de los costes por la amortización de los activos vinculados al valor del negocio de la antigua Novagalicia, las ganancias de la entidad controlada por Juan Carlos Escotet, habrían ascendido un 6,7%.
El banco ha contabilizado contra la cuenta de resultado una factura de 32,3 millones por la integración del holding y otros 23 millones por la amortización. Sin embargo, como consecuencia de la fusión y simplificación de la estructura, Abanca ha incrementado sus ratios de capital de máxima categoría en 17 puntos básicos, elevando así a 1.200 millones el superávit de fondos. Una hucha que permite al grupo gallego a emprender nuevas adquisiciones tal y como desea> con el objetivo de incrementar su tamaño.
Abanca también ha conseguido mantener a flote los beneficios por la suma de algo más de 200 millones cosechados con el badwill (diferencia entre el valor en libros y el precio de compra) de las compras del negocio de Deustche Bank en Portugal y de Caixa Geral en España. Si bien, hay que tener en cuenta que en 2018, las entidad obtuvo unas plusvalías prácticamente similares por la desinversión de su participación en Itínere.
El banco, con todos estos efectos, vuelve a situar su rentabilidad sobre recursos propios (ROE) por encima del 10%, un nivel que salvo excepciones han logrado sus rivales. Sin incluir los extraordinarios, Abanca calcula que sus retornos de capital recurrentes llegan al 7%, un umbral cercano al coste del mismo en la actualidad para entidades medianas. Para los grandes, los inversores reclaman ROE de entre en 9%.
Crecimiento del negocio
El grupo liderado por Escotet destaca la evolución la actividad, con crecimientos del crédito y de las comisiones, y confía en el potencial que tiene para el futuro de captar ahorros de costes y aumentar los ingresos por tarifas a clientes con el impulso de los seguros y los fondos de inversión.
Dos palancas que están por debajo de la media, pero que pueden llevar a convertirse en una gran palanca para el incremento de los beneficio en los próximos ejercicios, compensando así los menores margenes por intereses ante un contexto de euribor en negativo.