
La contratación de una hipoteca conlleva -en muchas ocasiones- unos seguros, pero ¿cuáles son? La firma de asesoramiento Novagalma hace un repaso de los más comunes.
Seguro de hogar: por ley existe el de incendios, que es de cumplimiento obligatorio. El valor de este seguro depende de dos variantes: una, el coste de reposición que indica el tasador que hará que el importe aumente o disminuya y por otro lado, el contenido que son los objetos de valor que queremos asegurar de nuestra vivienda.
Seguro de vida: nos asegurará en caso de que nos ocurra algo en el futuro. Aquí también hay dos variantes: la cobertura que quieres contratar (fallecimiento, invalidez permanente, invalidez absoluta) y dos, el importe de préstamo que quieres asegurar así como la edad y el cuestionario que pueden realizarte a la hora de su contratación que lleva a aumentar o disminuir el coste.
Seguro de protección de pagos: protege en caso de despido o desempleo durante un número de cuotas, en las cuáles no tendrás que abonar la cuota mensual de la hipoteca a cambio del coste de este seguro. Novagalma cree que este coste está bien utilizado para contratos temporales o indefinidos de poca duración, y no en muchos otros casos.
Existen más tipologías de seguros, pero estos tres son los más comunes. Y es que, conocer el banco y como trabaja los seguros es de vital importancia ya que hace que el coste de tu hipoteca aumente o se reduzca considerablemente.
En este sentido, hay dos maneras de protegerse: una de ellas es elegir una hipoteca no bonificada que nos permitirá no estar atados al banco en caso de que el coste sea excesivo, y otro, saber elegir la entidad que tenga los seguros más económicos ya que el ahorro puede ir desde 7.000 a 14.000 euros en el coste de la hipoteca.