En la Gran Vía de Madrid se está cocinando una de las operaciones más jugosas del mercado de retail en el centro de la capital.
Se trata de la venta del número 18 de esta transitada vía. Sus propietarios, CBRE Global Investment Partners e IBA Capital han arrancado el proceso de desinversión de este activo, que se puede convertir en la nueva gran tienda insignia de la Gran Vía.
Este es precisamente uno de los grandes atractivos del inmueble, por el que sus dueños piden alrededor de 70 millones de euros, según han confirmado distintas fuentes del sector a elEconomista. Ambas firmas sellaron la compra de este activo en verano de 2017 en una operación que rondó los 44 millones de euros.
El edificio, que hace esquina con la calle Clavel y comparte manzana con el Casino Gran Vía, está siendo sometido a una profunda renovación para transformarse en un espacio de uso mixto de retail y oficinas.
Según las mismas fuentes, el espacio de uso comercial en este inmueble, que consta de un sótano y siete plantas sobre rasante, es lo que le convierte en un auténtico caramelo para los inversores que apuestan por el mercado high street.
Tal y como aparece en la página web del proyecto, diseñado por el estudio Allende Arquitectos, el edificio cuenta con una superficie brutal alquilable (SBA) de 5.500 metros cuadrados. Sus 26 metros de fachada en la Gran Vía y su atrio a cinco niveles son elementos distintivos de este inmueble que ofrece la posibilidad de instalar una gran tienda insignia de unos 2.300 metros cuadrados, un espacio difícil de encontrar en esta céntrica vía, donde la mayoría de los locales se mueven en volúmenes inferiores a este.
De hecho, la falta de grandes espacios es uno de los principales impedimentos con los que se topan las grandes marcas internacionales que quieren instalarse en el centro de Madrid.
Asimismo, el edificio cuenta con unos 3.000 metros cuadrados disponibles para oficinas y tiene también espacio para instalar un restaurante con una terraza de más de 400 metros cuadrados. Si bien, el uso definitivo de activo dependerá de la comercialización que realice el nuevo propietario, ya que inicialmente, está previsto que el edificio se traspase vacío.