
Cepsa ha registrado un beneficio neto ajustado en los nueve primeros meses del año de 424 millones de euros, frente a los 530 millones del mismo periodo del año anterior. Este descenso se debe al entorno de bajos márgenes de refino en la primera mitad del año, que se ha recuperado ligeramente durante el tercer trimestre; así como a la caída de los márgenes de algunos productos petroquímicos.
La petrolera ha registrado a su vez un resultado bruto de explotación ajustado de 1.551 millones de euros, un 26% superior al del mismo periodo del año anterior, que se situó en 1.229 millones.
El incremento se ha debido fundamentalmente al buen comportamiento de los negocios de Exploración y Producción (que ha aumentado un 60% respecto al mismo periodo de 2018) y Marketing (que lo ha hecho en un 47%).
Aplicando las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) y calculando la variación de inventarios a coste medio unitario, el resultado neto acumulado del periodo se sitúa en 380 millones de euros, comparado con 660 millones de euros en 2018.
Durante este periodo, Cepsa ha llevado a cabo un proceso de optimización de su estructura de capital, alargando la vida media de la deuda a más de 5 años. Asimismo, se ha reducido la deuda neta de la compañía en un 4% respecto al mismo periodo del año anterior, a pesar de la apreciación del dólar. El ratio Deuda Neta/Ebitda se ha situado en 1,4x; cuatro décimas inferior al del cierre de 2018 (1,8x).
Las inversiones durante este periodo han ascendido a 634 millones de euros y el flujo de caja libre fue de 731 millones de euros (antes del pago de dividendos).
El mayor esfuerzo inversor está relacionado con el desarrollo de los campos en Abu Dabi, así como proyectos en el área de Refino destinados a la optimización de las refinerías.