Apagón histórico en Tenerife. La isla canaria sufrió ayer un colapso eléctrico de casi cinco horas que afectó a cerca de un millón de personas. Según apuntaron las autoridades locales, el corte de suministro obligó a poner en marcha los distintos servicios de emergencia para hacer frente a las múltiples llamadas recibidas por gente atrapada en ascensores. En total, los bomberos tuvieron que rescatar a 70 personas en decenas de edificios de la isla, sin que en ningún caso se produjeran daños personales.
El incidente se localizó en la subestación tinerfeña de Granadilla de Abona, perteneciente a Red Eléctrica. Asimismo, y según fuentes locales, también se escuchó una explosión en la zona de la subestación de las Caletillas, en Candelaria, aunque fuentes de la empresa lo negaron.
Nada más producirse la incidencia, tanto Red Eléctrica como Endesa pusieron en marcha un protocolo de colaboración para tratar de restablecer cuanto antes el suministro, con la salvedad que los centros hospitalarios y aeropuertos lograron operar con normalidad gracias a la puesta en servicios de sus grupos electrógenos.
El problema, que se está investigando, al parecer se ha podido originar en la subestación de Las Caletillas, que fue anulada en 2015 por una sentencia del Tribunal Supremo. Red Eléctrica no respondió a las llamadas de este periódico. Endesa asegura que todas sus centrales operan con normalidad.
"Se trata de un proceso que llevará un mínimo de seis horas hasta poder tener restablecido el sistema", para lo que acto seguido se activó el protocolo previsto para estos casos, indica la Consejería en su cuenta de Twitter.
La culpa del 'cero energético'
La compañía presidida por Jordi Sevilla procedió a analizar las causas de que el denominado "cero energético" se haya propagado a todo Tenerife desde esa subestación, situada en el sur de la isla. A las 17:30 horas (insular), se logró reestablecer el suministro eléctrico tras un colapso que comenzó a las 13:11 horas.
Pese a la situación de caos generalizada sufrida en toda la isla, este fallo no tuvo consecuencias en los servicios básicos y de emergencia tales como hospitales y aeropuertos, que pudieron seguir trabajando gracias a sus propios grupos electrógenos. Así, el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes), 112 Canarias, apuntó nada más producirse el apagón que el servicio funcionaba con normalidad y que se estaban atendiendo las llamadas de emergencias. Mientras, Aena señaló que los dos aeropuertos --Tenerife Norte y Tenerife Sur-- no han sufrido ningún tipo de afección operativa por el cero energético, ya que ambos recintos aeroportuarios mantuvieron la operativa con sus sistemas de suministro eléctricos autónomos de las redes de alta tensión. Por el contrario, los semáforos dejaron de funcionar con los graves problemas que eso representa.
Además del Gobierno, a través del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, y del supervisor sectorial (CNMC), también se espera que entren en juego en los próximos días los organismos judiciales para atender el previsible aluvión de denuncias por daños y perjuicios que interpondrán los afectados. Entre ellos no faltarán miles de comercios, restaurantes, industrias y particulares (ver texto relacionado).
Curiosamente, REE realizó la semana pasada un simulacro de apagón en la Península, junto con su homóloga portuguesa REN, para la reposición de dos sistemas eléctricos. En el simulacro, realizado en el centro de control de REE, también contó con la participación de 13 empresas y organismos. En dicha prueba, medio centenar de técnicas necesitaron cinco horas para recuperar plenamente el suministro en gran parte del territorio español y portugués.
Este tipo de simulacros suele repetirse cada dos años, siempre con la participación de todos los agentes del sector. El objetivo de estas pruebas consiste en "mejorar los procesos y reducir los tiempos necesarios para reponer el sistema", según indicaron en su días los responsables de los simulacros.
Asimismo, este mismo mes los sistemas de protección de REE detectaron una fuga de fluido en uno de los cables de los dos circuitos que forman el enlace eléctrico que une España con Marruecos, instalación propiedad al 50 por ciento entre L'Office National d'Eléctricité et de l'Eau Potable (ONEE) de Marruecos y Red Eléctrica de España (REE).
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