
El modelo energético del futuro será una combinación de electricidad y gases obtenidos a partir de fuentes renovables, como el hidrógeno, y la regulación debe prepararse para ello, incentivando la inversión en gases limpios y en plantas de almacenamiento y captura de carbono. Frente a otras opciones de descarbonización, la UE se pueden ahorrar hasta 540.000 millones de euros al año.
Esa es la principal conclusión del informe El papel del gas en la descarbonización del sistema energético de la UE, elaborado por Christopher Jones, profesor del European University Institute y experto internacional en la materia, y editado por la Fundación Naturgy, que se ha presentado esta mañana en Madrid.
El acto lo ha inaugurado Antonio Garamendi, presidente de CEOE, quien ha tildado de "barbaridad" la reforma regulatoria del sector que impulsa la CNMC, y ha remachado su descontento: "Parece que nos vamos a cargar un sector de golpe". También ha manifestado su preocupación por el rumbo del proceso de descarbonización -"me preocupa que España quiera ir más rápido que la UE; debemos transitar a la vez"- y ha perdido "estabilidad y predictibilidad" para que las empresas inviertan unos 270.000 millones.
La luz se ha encarecido un 30%
A continuación, Jones ha iniciado su exposición, analizando el contexto actual de la política comunitaria en materia de energía y descarbonización, subrayado que la electricidad se ha incrementado en la UE un 30% para los hogares y un 20% para las industrias, como resultado de las políticas de fomento de energías verdes acometidas hasta el momento.
En este punto ha alertado de que si la tendencia persiste, existe el riesgo de convertirse en insostenible a medio plazo, "al ponerse en peligro el apoyo de la población a la lucha contra el calentamiento, especialmente si otros países no la apoyan con la misma intensidad".
Analizando los Planes de Energía y Clima de los socios comunitarios, ha señalado que "la demanda de gas natural en la UE se va a mantener estable hasta 2040", pero a más largo plazo, auguró un modelo híbrido de electricidad y gases limpios, que tendrá un menor coste que otras opciones.
Estos menores costes se deben a que el modelo híbrido utiliza infraestructuras existentes y evita la construcción de nuevas líneas eléctricas, además de contribuir a la descarbonización de procesos industriales o la movilidad. De acuerdo con varios estudios recogidos en el Informe, la UE, hasta el año 2050, puede ahorrar de 217.000 a 540.000 euros anuales.
"El debate ya no es si vamos a tener un sistema híbrido de electricidad y gas, sino cómo vamos a llegar a ese sistema híbrido"
Según las perspectivas de la Comisión Europea, que ya no plantea un modelo 100%: "el debate ya no es si vamos a tener un sistema híbrido de electricidad y gas, sino cómo vamos a llegar a ese sistema híbrido". En un futuro habrá excedentes de producción de electricidad renovable, que se debería almacenar convirtiéndolos en Hidrógeno para evitar desperdiciar la energía y para disponer de ella cuando la producción a partir de agua, viento y sol no baste para cubrir la demanda: "el almacenamiento de energía con hidrógeno será la opción más barata", ha recalcado el experto.
Reformar ya la regulación
Pero todo ello, Jones ha precisado que los estados deben fomentar los gases renovables y la conversión de electricidad en hidrógeno, así como las tecnologías de captura y confinamiento de carbono, para abaratar sus costes actuales y desarrollar el mercado: "es necesario definir un sistema que estimule las inversiones necesarias", ha sostenido, antes de añadir que "el régimen regulatorio existente no ofrece en el presente ni las señales de inversión ni la certeza necesaria para plantear un modelo de negocio en el que invertir".
Estas reformas no deben retrasarse, para conseguir unas tecnologías suficientemente maduras a partir de 2025: "Es importante actuar a corto plazo para que el mercado progrese rápidamente y se pueda almacenar electricidad en Hidrógeno cuando haya picos de producción". Ha insistido en que se va a necesitar mucho gas, y en que habrá captura y almacenamiento de carbono, "pero hace falta un régimen regulatorio eficaz", porque "nuestros nietos lo van a necesitar".
Revisión normativa en España
La presentación del informe de Jones coincide con el proceso de revisión de la retribución regulada de las redes de gas natural que acomete la CNMC, que plantea un fuerte recorte del 21,8% a las de transporte y del 17,8% a las de distribución. En contra de lo que le señalaba el Gobierno, el Regulador no ha establecido políticas que incentiven el desarrollo de los gases de origen renovable y su inyección en las redes gasistas.
Sedigás, la patronal gasista, ha diseñado una Hoja de ruta para los gases de origen renovable que calcula que podrían cubrir más del 50% de la demanda de gas actual; sólo el sector del biometano, el más desarrollado, podría aportar 284 millones al PIB en 2030, generando 14.617 empleos, entre directos e indirectos.