
La incertidumbre económica y política mundial no hace temblar el pulso a los grandes gigantes del capital riesgo. Prueba de ello es que la gestora estadounidense Blackstone ha levantado el mayor fondo de la historia, al conseguir captar 26.000 millones de dólares (23.529 millones de euros, aproximadamente, al cambio actual).
Blackstone es conocido en España por su importante apuesta por el sector inmobiliario, en el que desembarcó en el año 2012, donde ha protagonizado grandes operaciones como la OPA a Hispania (su socimi hotelera), la compra de Fidere o del 51% de Aliseda (el servicer del Popular en el que participa con el Santander). En capital riesgo, la gestora estadounidense cerró el pasado año la compra de Cirsa.
Con este nuevo fondo, Blackstone arrebata la primera posición a Apollo, que hace dos años consiguió comprometer 24.600 millones de dólares (22.263 millones de euros, al cambio actual) con su noveno vehículo para esta industria. Apollo también fue uno de los primeros inversores internacionales que fijó sus ojos en España durante la crisis, especialmente en el sector inmobiliario y en el financiero, donde vendió hace unos meses Evo Banco a Bankinter. En la actualidad, Apollo es uno de los fondos que compiten por hacerse con Ferrovial Servicios.
A la búsqueda de rentabilidad
A nivel europeo, el mayor fondo hasta la fecha es el del británico CVC, que en el año 2017 consiguió comprometer 18.000 millones de euros. En cualquier caso, el caso de Blackstone no es el único, aunque sí es el más ambicioso. A lo largo de este año, otras grandes gestoras han lanzado nuevos fondos para la industria del capital riesgo, a la que los inversores consideran como un refugio por la volatilidad del mercado y la escasez de retornos de la renta fija.
Un ejemplo de esto es Advent que, con su noveno fondo para este segmento y sus 15.500 millones de dólares (unos 13.580 millones de euros), competirá con otros gigantes como EQT, Cinven o Carlyle, que también han levantado nuevos vehículos este año con compromisos por valor de 10.750 millones, 10.000 millones y 6.000 millones, respectivamente.
Algunos de los expertos consultados también señalan como motivo de este aumento de los megafondos las exitosas desinversiones de estas gestoras, que han hecho que sus tradicionales inversores doblen su confianza en estos activos provocando que, en muchas ocasiones, el tamaño objetivo de los vehículos se haya superado en un plazo muy corto de tiempo.
Sin embargo, en este marco de ingente liquidez, también está aumentando la presión inversora sobre los gestores de este fondos, que en muchos mercados están encontrando dificultades a la hora de invertir sus recursos. Este es el caso de España, donde el tamaño de la economía doméstica obliga a estos grandes fondos a competir en duras subastas en un mercado donde las compañías grandes no abundan.