
La eléctrica francesa EDF anunció esta mañana mediante un escueto comunicado de prensa que ha detectado "desviaciones" en los estándares de fabricación de varios equipos de sus reactores nucleares, algunos ya instalados en varias centrales operativas sin especificar.
El mercado acogió la noticia con desolación y la acción de la compañía se desplomó un 8% a primera hora, recuperándose ligeramente durante el resto de la sesión, hasta cerrar con una caída del 6,8%, por el miedo a que haya que detener las centrales afectadas para sustituir los componentes defectuosos.
Concretamente, EDF indica que Framatome -la antigua Areva- le ha informado de que ha encontrado problemas en las soldaduras de los generadores de vapor "de componentes en servicio, así como de componentes nuevos que aún no se han instalado en ningún emplazamiento".
Las dos empresas están trabajando para identificar todos los equipos afectados y determinar si pueden seguir operando. Un portavoz de EDF ha señalado a la agencia de noticias Montel que es "demasiado pronto" para saber si será necesario parar las instalaciones.
EDF ha indicado que seguirá informando sobre la situación de las centrales afectadas.
21 reactores parados en 2016
A finales de 2016 las autoridades obligaron a EDF a detener 21 de sus 58 reactores después de que Areva reconociese otros defectos, que también afectaban a los generadores de vapor, en 400 piezas fabricadas en la forja de Le Creussot desde 1965.
El frenazo de la generación atómica subió un 40% los precios de la luz en Francia y también se vieron afectados varios países europeos, como Alemania, donde aumentaron hasta un 30%; en España se incrementaron alrededor de un 6%.
Hasta ese momento España estaba importando barata electricidad atómica desde Francia, pero el flujo de energía entre ambos estados se invirtió: para cubrir las necesidades del país vecino nos convertimos en exportadores de cara electricidad generada con centrales de gas y carbón.
Los reactores de EDF volvieron a ponerse en marcha a lo largo de 2017 y la empresa cifró en unos 1.000 millones de euros el impacto en sus cuentas del cierre y la reparación de las plantas.
Se reduce la interconexión con Francia
Por otro lado, RTE, el transportista francés, está reparando la interconexión entre España y Francia por el País Vasco y ha anunciado que, tras las obras, la capacidad de la infraestructura se reducirá de un 11% 5% dependiendo del perído del año y de las horas que se tengan en cuenta.
Hasta la avería, la capacida máxima era de 2,9 GW desde Francia a España y de 2,5 GW desde aquí hasta el otro lado de los Pirineos.