
El tráfico ilegal de tabaco en España va por barrios. Mientras que en la localidad sevillana de Dos Hermanas prácticamente una de cada dos cajetillas que se vende no paga impuestos -el 47,7% del total-, en Burgos es insignificante, de tan solo el 0,6%. De acuerdo con el último informe elaborado por Ipsos por encargo de la industria tabacalera, esta práctica, que provoca cada año un fraude millonario en las arcas del Estado, se concentra, entre las ciudades más pobladas del país, fundamentalmente en Andalucía.
La cercanía a Gibraltar, el alto nivel de desempleo y la fuerte penetración de la economía sumergida han provocado, de hecho, que las diez ciudades españolas con una mayor penetración del contrabando de tabaco sean andaluzas. Tras Dos Hermanas, aparecen así Jerez de la Frontera, donde el tráfico ilegal supone el 39% del total; Sevilla, con el 38,5%; Almería, con el 33,3%; Cádiz, con el 31,1% y Córdoba, con el 27,1%.
Más allá de Andalucía
Fuera de Andalucía, las ciudades con un mayor nivel de contrabando son Terrassa (Barcelona), con un 13% y Parla (Madrid), con un 11,9%. Situándose la media nacional al cierre del primer semestre del año, según los datos de Ipsos, en el 8,1% del total de las ventas, las dos grandes ciudades españolas -Madrid y Barcelona- tiene índices más bajos. En ambos casos la situación es, sin embargo, muy parecida. Mientras que en la capital de España el porcentaje del contrabando es del 5,5%, en la ciudad condal se sitúa en el 4,9%.
Ipsos pone de manifiesto, además, un hecho muy significativo y es que debido al mayor índice de población, Sevilla, Madrid y Málaga son las tres ciudades que tienen un mayor peso en el fraude a nivel nacional. Sevilla representa así un 1,5% del total de la incidencia de cigarrillos que no paga impuestos en España, Madrid con un 1% y Málaga con un 0,5%.
El ejemplo en la lucha contra el tráfico ilícito, lo marcan, por contra cinco ciudades, donde este tipo de práctica no supone ni el 1% de las ventas. Así, en Mataró (Barcelona) y León se sitúa en el 0,9%; en Gijón el porcentaje es del 0,8%; en Albacete del 0,7% y en Burgos del 0,6%. Lo más llamativo es que, según pone de relieve Ipsos, mientras que en Dos Hermanas y en Sevilla, dos de las tres ciudades con una mayor penetración del contrabando, éste sigue manteniendo una tendencia todavía de crecimiento, en las dos que menos sufren el fraude -Albacete y Burgos- no para de caer.
Aunque la buena noticia está en que el contrabando de tabaco se está reduciendo -su penetración ha caído en más de dos puntos respecto al 31 de diciembre del año 2017- la influencia de Gibraltar sigue siendo muy significativa. El Peñón es la puerta de entrada para el 40,2% del tabaco ilegal en España y la posibilidad de un Brexit sin acuerdo no haría sino complicar aún más la situación.
Mucho más controlada parece, de hecho, la situación en Andorra, tradicionalmente otras de las puertas de entrada, pero que solo supone actualmente el 8,1% y, sobre todo las Islas Canarias, que con un régimen fiscal distinto, apenas representa el 3,9% del tabaco que entra de forma ilegal en la Península y Baleares. "Es una buena noticia que el consumo de tabaco que no paga impuestos en España siga bajando. La estabilidad fiscal de los últimos años, que no ha llevado a grandes subidas de precio, y los esfuerzos cada vez mayores por combatir el tráfico ilícito han sido claves en esta bajada y es importante que lo sigan siendo en el futuro", aseguran en British American Tobacco (BAT), la empresa propietaria de marcas como Lucky Strike.
El hecho es que, a pesar del esfuerzo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el contrabando de tabaco sigue siendo un problema muy preocupante, que perjudica a los negocios legítimos, alimenta el crimen en las comunidades locales y supone unas pérdidas fiscales en España de más de unos 1.000 millones de euros cada año.
Adicionalmente, el Informe Stella de KPMG, financiado por Philip Morris International, revela un aumento preocupante del fenómeno de la falsificación en España, donde su venta ilegal en 2018 se ha incrementado en un 46% respecto al año anterior.
Falsificaciones
"Este dato nos alerta del creciente interés de las mafias internacionales por convertir España en un paraíso de falsificación de tabaco. Desde Philip Morris apostamos por un plan estratégico anti-ilícito que contempla la investigación del modus operandi de grupos de crimen organizado en puntos calientes, campañas de concienciación al consumidor y la cooperación estrecha con las fuerzas de seguridad", señala Yolanda Velasco, responsable de Prevención del Comercio Ilícito de Tabaco para Philip Morris España, la empresa que comercializa marcas como Marlboro o Chesterfield.
En la misma línea también, Rocío Ingelmo, directora de Asuntos Corporativos y Legales de Altadis, advertía hace unos meses de un fenómeno frente al que tampoco hay que bajar la guardia, el contrabando en origen, de las propias hojas de tabaco. Es una modalidad de comercio ilícito que, según Ingelmo, "se viene prodigando" en Extremadura en los últimos años. Aunque en esta comunidad autónoma, hay "significativo repunte" del tráfico ilegal de de cajetillas, este puede deberse al efecto de la entrada en vigor en julio de 2018 del Decreto de Trazabilidad sobre hoja de tabaco que, de acuerdo con la directiva de Altadis, "podría haber contribuido a reducir el trasiego ilegal" de tabaco de hoja picado, con un trasvase al contrabando de cigarrillos".
Desde JTI confían en que la tendencia a la baja "se va a mantener gracias a la colaboración conjunta de todos los agentes implicados, especialmente la labor encomiable que realizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado". La empresa, dueña de Camel y Winston, asegura que mantiene "un compromiso firme de tolerancia cero respecto al comercio ilícito", habiendo puesto en marcha distintas medidas, como la fijación de un volumen de venta en función de la demanda legítima o la utilización de un sistema de rastreo y seguimiento de los productos para todos los mercados en los que operan desde hace años, anterior incluso a su obligatoriedad establecida por la UE.
Todos los expertos coinciden en que al contrabando solo se le vencerá así con la colaboración de todos. Desde los servicios de Aduanas, la Agencia Tributaria, las Fuerzas de Seguridad y, de forma muy significativa también, la propia industria tabacalera, que resulta igualmente perjudicada.