
El fraude con el etiquetado del aceite en Italia -hubo varias empresas que vendieron virgen como si fuera virgen extra- le ha costado 70 millones de euros a Deoleo, la empresa propietaria de las marcas Carbonell, Koipe, Carapelli y Bertolli. Según consta en la documentación remitida por la compañía a la CNMV, el grupo ha tenido que afrontar multas y provisiones en sus cuentas por posibles sanciones futuras por un importe de 4,2 millones. Deoleo y los sindicatos logran un preacuerdo sobre el ERE: 65 trabajadores afectados.
Pero a esa cantidad hay que añadirle además gastos extraordinarios para el rediseño integral de todas sus áreas de calidad y procesos de control en las fábricas, por importe de 33,6 millones de euros, y un deterioro del valor contable de la planta de Inveruno en Milán, como consecuencia de la caída de las ventas y de la producción, por otros 33,6 millones.
La planta estaba ya sobredimensionada, pero el ajuste se ha hecho ahora tras haberse agravado la situación por la caída del mercado, con un descenso de las ventas entre España e Italia del 22%.
Deoleo explica que "las autoridades italianas han llevado a cabo en los últimos meses distintas inspecciones en Italia, determinándose en algunos casos la existencia de discrepancias en la calidad del aceite comercializado respecto al etiquetado". De estas inspecciones se ha recibido una primera sanción por importe de 2,09 millones, que fue provisionado en 2015. No obstante, con fecha de 8 de junio de 2016 hubo otra multa por 300.000 euros, íntegramente provisionada y recurrida, por parte de la Autorità Garante per la Concorrenza e il Mercato.
En esta misma línea, durante el último ejercicio se ha provisionado un importe de 1,9 millones correspondiente también a potenciales sanciones en concepto de calidad. "El resto de actuaciones se encuentran en su mayoría en una fase inicial, por lo que no es posible determinar si las mismas implicarán algún tipo de riesgo administrativo o penal para el grupo", añade la compañía. Según Deoleo, para evitar más problemas "durante 2016 hemos incurrido en las inversiones necesarias para el desarrollo del rediseño integral de las áreas de calidad y de procesos", incrementando los sistemas de control, tanto en las fábricas como en los almacenes.
"La puesta en marcha de estos procesos y sistemas nos están permitiendo recuperar nuestra actividad en Italia tras la crisis anteriormente mencionada e ir normalizando nuestra posición de liderazgo en dicho mercado".
La empresa admite que estas acciones son las que conforman la mayor parte del importe de 33,6 millones de euros registrados como gastos extraordinarios. Para calificar un aceite de oliva se somete a dos analíticas: una físico-química bajo determinados parámetros, que es objetiva, y otra que consiste en una cata sensorial y cuya calificación es subjetiva. Este sistema es criticado por el sector por falta de fiabilidad.
El mercado de aceite cae un 10,1% en Italia
El consumo de aceite en España e Italia ha caído en el último año, aunque por razones distintas. Según datos de la consultora Nielsen, en España se ha reducido un 3,1%, hasta 308 millones de litros, como consecuencia de los altos precios, apreciándose un trasvase del consumo al mercado de semillas, como el aceite de girasol.
En Italia, las ventas han caído un 10,1%, hasta 186 millones de litros, debido la crisis con los controles de calidad ocurrida a finales del año 2015.