
Subir los impuestos del tabaco y equiparar, por ejemplo, la fiscalidad de la picadura de liar o la de los cigarritos con la de los cigarrillos tradicionales. Es uno de los objetivos prioritarios que se ha marcado la Comisión Europea, que no ha decidido aún, sin embargo, como llevar a cabo su plan.
El objetivo final es conseguir un tratamiento más armonizado, sobre todo respecto a los nuevos productos del tabaco, ya que las diferentes clasificaciones entre los estados miembros afectan a los ingresos de los demás, con anomalías significativas. No obstante, la Comisión también tiene la mira puesta también en la armonización de los impuestos especiales mínimos que se marca en cada estado miembro por cajetilla.
En España, por ejemplo, hay actualmente un sistema de doble impuestos mínimo para que se impida la venta de tabaco por debajo de determinados umbrales, pero a raíz de una sentencia del Tribunal de Justicia de Luxemburgo respecto a una demanda planteada en Italia, varias compañías pide que se fije una tasa única.
Y todo ello sin olvidar el tabaco en rama, que se vende ahora sin pagar impuestos especiales y que acaba en las redes de contrabando. Los mecanismos existentes para controlar el fraude no se pueden aplicar en este caso, ya que los Estados miembros definen de diferente manera lo que es " tabaco crudo", pero Bruselas está tratando de buscar soluciones.
Consulta pública
Para ello, el año pasado se abrió una periodo de consulta pública entre los agentes implicados, que concluirá el jueves de la semana que viene, aunque los posibles cambios legislativos no llegarían hasta finales de este año, ya que Bruselas también debe realizar un informe de impacto sobre cualquier modificación que proponga a la directiva, según han explicado fuentes comunitarias a este diario.
"Es muy pronto para predecir las conclusiones de esta revisión, si hay alguna", comentó la portavoz comunitaria Vanessa Mock. Aunque fueron los estados miembros los que solicitaron esta revisión de la directiva en marzo del pasado año, la portavoz recuerda que cualquier enmienda de la legislación requeriría el respaldo unánime de los 28 socios, por ser un asunto de fiscalidad. En España hay varios impuestos que gravan el tabaco, aunque dependiendo del producto la fiscalidad es distinta. Al margen del 21% del IVA, existen dos impuestos especiales. Por un lado está el ad valorem que es un porcentaje que se aplica sobre el precio final del producto y, por el otro, el específico, que funciona como una cantidad fija por unidad de producto.
No obstante, hay también una tasa mínima, una cantidad fija cuyo importe se ha de alcanzar siempre y que se aplica si la combinación de los tipos anteriores no excede de su cuantía.
En el caso de los cigarrillos hay así un tipo proporcional del 51%, además de uno específico de 24,7 euros por cada mil cigarrillos. En el de los cigarros y cigarritos no existe la tasa fija y la proporcional es de sólo el 15,8%. En cuanto a la picadura de liar, el tipo proporcional es del 41,5% y el específico de 23,5 euros por kilogramo. Lo que persigue Bruselas es que haya una mayor armonización entre unos productos y otros.
El 80% del precio de la cajetilla de cigarrillos va a parar a Hacienda
El fuerte encarecimiento del precio del tabaco en los últimos años como consecuencia del aumento de la fiscalidad -más del 80% del coste final corresponde ya a impuestos- ha provocado una subida del contrabando. Aunque en el último año se ha moderado, el tráfico ilegal sigue situándose alrededor del 9% del mercado. En el sector se advierte ahora de que una nueva subida de la fiscalidad de la picadura podría elevar el tráfico ilegal. Es algo que ha pasado ya en España.