
Las pequeñas y medianas empresas españolas concentran el 71% de los afiliados a la Seguridad Social, según el Boletín trimestral de Empleo en las Pymes Cepyme-Randstad. Precisamente, esta característica del tejido empresarial nacional -integrado en un 39,4% por microempresas de entre uno y nueve empleados- puede limitar, en ciertas ocasiones, las posibilidades de ascenso laboral de sus trabajadores. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Pymes, Autónomos y Emprendedores
En este sentido, Ricard Serlavós, profesor del departamento de Dirección de Personas y Organización de la escuela de negocios Esade, considera que "en un sentido literal, las oportunidades de ascender en una pequeña y mediana empresa son muy limitadas porque suele haber pocos niveles".
En esta misma línea, Salvador Sicart, director de Hays Response España, señala que "si la empresa funciona y crece, el empleado también puede hacerlo, pero si eso no sucede, puede estancarse en unas mismas tareas".
De esta forma, "si la organización aumenta su tamaño, los organigramas cambian y suelen surgir oportunidades en otras funciones relacionadas que permitirán ese ascenso. Por ejemplo, pasar de una posición de técnico contable a gestionar el área de administración", analiza Carlota Montoro experta de MCMG Consulting, consultora especializada en recursos humanos para emprendedores y pymes.
Crecimiento horizontal
Pero el movimiento de los empleados dentro de la compañía no tiene porqué estar estrictamente relacionado con un ascenso vertical, sino que "puede ser horizontal, es decir, crecer dentro de una organización ocupando un mismo puesto pero asumiendo más contenido en su departamento", explica Serlavós. Así, "aunque la pyme ofrece posibilidades limitadas de ascenso, permite dar un mayor lugar al crecimiento laboral en horizontal debido a la cercanía con el equipo de dirección y al funcionamiento de estas empresas en las que se exige que el empleado conozca más áreas funcionales además de la suya", amplía el profesor de Esade.
Ante esta situación, las compañías han de buscar otras formas para mantener la motivación de sus equipos y retener el talento. Para Joan Vilar, presidente de la Asociación Española para la Competitividad de las Pymes, "la empresa es como un ser vivo que cambia y se adapta, pero para ello las personas se han de sentir como si la empresa fuese suya".
Al hilo de lo anterior, Montoro considera que "si el emprendedor tiene la gran oportunidad de dejar las tareas del día a día a los empleados, éstos tenderán a estar más motivados, ya que serán los responsables de sus propios objetivos dentro de sus respectivos departamentos".
Aptitudes de un buen líder
Con todo, "una pyme busca a personas que demuestren ser versátiles, flexibles, ambiciosas y resilientes", explica Sicart. Por lo tanto, para conseguir sumar responsabilidades en una pequeña o mediana empresa, el responsable de Hays Response España subraya la necesidad de "tener clara la voluntad de ascender y crear oportunidades, sobreponerse a la adversidad, solventar los problemas y salir fortalecido". Según Montoro, las habilidades que más buscan los directivos de pymes a la hora de seleccionar a sus empleados es "la capacidad de asumir nuevos conocimientos y responsabilidades. En definitiva, quieren a aquellas personas que puedan aportar ideas nuevas".
Por otra parte, en el proceso de ascenso, el empleado ha de demostrar sus capacidades de liderazgo, para ello, Vilar recomienda "que sigan su formación durante toda la vida laboral porque la innovación y la tecnología hacen que los puestos de trabajo evolucionen constantemente".
En definitiva, el hándicap que supone el tamaño de las pequeñas y medianas empresas se puede convertir en un entorno favorable para el desarrollo laboral de sus empleados: un crecimiento horizontal, distinto al que ofrecen las grandes.