El aparcamiento es uno de los principales problemas a los que se enfrentan los ciudadanos en las grandes ciudades. Son muchas las aplicaciones móviles que han surgido para tratar de mitigar el problema, pero ninguna que lo aborde desde el punto de vista de Llollo. Esta start-up madrileña aparca el coche del cliente para que este no tenga que perder tiempo buscando estacionamiento.
De momento el servicio solo se oferta en la estación de Atocha, en el barrio Salamanca, y desde agosto estará disponible en el aeropuerto de Barajas.
"Empezamos porque mi socio y yo teníamos muchos problemas para aparcar en Madrid cuando teníamos clientes y reuniones", explica Alejandro Vigaray, fundador de la aplicación. "Por ahí nace la idea, hace un año. Nos cansamos después de llegar tarde a una reunión por buscar un aparcamiento, y pensamos que en vez de buscar un parking durante media hora, por qué no era el parking el que nos buscaba a nosotros", afirma.
Funcionamiento
El sistema de funcionamiento es relativamente sencillo. Un usuario de Llollo que esté en las zonas en las que esté disponible el servicio puede solicitar un valet, que es como se denominan los agentes de esta aplicación. En unos minutos, éste recoge el coche y lo lleva a un aparcamiento, mientras que el usuario puede seguir con su vida con normalidad.
Para la recogida el procedimiento es el mismo. Unos minutos antes de necesitar el coche se avisa por la aplicación de la ubicación en la que se quiere recoger, y el empleado de Llollo se lo entrega. Actualmente, el coste de es 5,50 euros la hora, aunque en el barrio Salamanca se puede tener todo el día por 15 euros, y en Atocha por 17,50.
La start-up funciona mediante acuerdos con parkings cercanos y plazas en propiedad en las zonas en las que trabaja. Durante el tiempo que llevan funcionando, desde mayo, han recogido información sobre las horas de pico, lugares habituales de recogida, etc. para ir afinando las necesidades de sus clientes.
Trabajadores en plantilla
La plantilla de valets está integrada por 20 personas, que pasarán a ser 35 cuando se produzca la ampliación a Barajas. Todos están contratados y cuentan con dos semanas de formación.
En la actualidad cuentan con 5.000 usuarios. Además, han alcanzado acuerdos con varias empresas que utilizan la aplicación para los coches de sus directivos y trabajadores. "Hemos adelantado la llegada a Barajas porque lo requerían desde las empresas", asegura Vigaray.
La aplicación no está destinada solo a usuarios de alta gama. "Hemos recogido desde furgonetas a coches de alta gama. En Atocha hemos sacado un precio competitivo", defiende el fundador.
Financiados por una serie de inversores internacionales que aportaron 400.000 euros para el arranque del proyecto, a partir de septiembre lanzarán una nueva ronda de financiación y pretenden expandirse hacia otros barrios de la zona norte de la capital, caracterizados por las zonas de oficinas y negocios, como Alonso Martínez, Cuzco o María de Molina. Pero también están buscando destinos de otros puntos de España y Europa.