Si ha visitado algún aparcamiento de centros comerciales en los últimos años es probable que haya visto esas hileras de luces rojas y verdes que señalan los sitios libres. Pero, ¿y si se aplica esa tecnología a su vida laboral y sin que usted lo sepa?
Algo similar es lo que ofrece la compañía OccupEye. Mediante dispositivos implantados bajo su mesa o en el techo, detectan si el trabajador está sentado en su puesto de trabajo. A su vez, están conectados a un sistema de ordenadores que registra la presencia de los empleados de toda la oficina minuto a minuto. La empresa ofrece además el software que recoge estadísticas del total de puestos de trabajo y puesto por puesto.
Los sensores de temperatura son un clásico en este campo, y no sólo para evitar robos. Algunos, como los de la compañía Enlighted, pueden registrar la presencia de trabajadores en la sala de reuniones o junto a la máquina de café de la oficina, reflejándolo también a tiempo real en programas informáticos. Y, configurándolos adecuadamente, pueden incluso ahorrar energía a la compañía, bajando la intensidad de la luz de las distintas zonas según se van desocupando.
Otros sistemas son capaces de recoger, mediante micrófonos, la frecuencia de las interacciones verbales con otros compañeros o, con dispositivos de localización, la ubicación exacta de cada trabajador. Medidas que técnicamente ya pueden implantarse en lugares tan pequeños como la tarjeta que usa para fichar en la oficina.
El Tribunal Supremo ratificaba esta semana que es legal usar imágenes de cámaras de seguridad como prueba para un despido y sin necesidad de avisar al trabajador sobre la presencia de las mismas. Pero la tecnología suele ir un paso por delante de la ley y la jurisprudencia, así que habrá que esperar para saber si la Justicia considera este tipo de dispositivos con el mismo rasero.
