
La pandemia trajo muchos cambios laborales, tanto en relación con el espacio del trabajo, como en su relación con él. En los últimos dos años se ha hablado mucho de términos y fenómenos relacionados con la exigencia (y la autoexigencia) en el trabajo. Desde cómo el teletrabajo forzoso hizo que las barreras entre lo laboral y lo personal se volvieran mucho menos rígidas, a la denominada 'Gran Dimisión': la salida de trabajadores que dejaban sus empleos en busca de nuevas posibilidades que le permitieran conciliar más.
Todo, con el llamado 'burnout' o agotamiento laboral como telón de fondo. Ahora, parece que una nueva tendencia se empieza a ver en los centros de trabajo y a ser estudiada por los expertos. Hablamos de la 'Dimisión Silenciosa'.
¿En qué consiste? Pues en la actitud que muchos trabajadores han adoptado ante sus empleos. Después de años de mucha exigencia, ahora algunos habrían decidido dejar de entregarse al máximo y, sin renunciar directamente a su trabajo, pero sí a la idea de implicarse completamente.
El término se ha popularizado por varias vías, incluyendo la etiqueta 'quiet quitting', desarrollada por un TikToker que usaba el sinónimo Justin.
Eso sí, ahora su impulsor ha decidido cambiar de rumbo por completo.
De proponer trabajar cada vez menos a hacerlo 50 horas por semana
Business Insider ha hablado con el tiktoker seis meses después, y el panorama ha cambiado bastante para él.
Algunos de sus colegas fueron despedidos y a él le preocupaba ser el siguiente en una economía en declive, por lo que está trabajando más que nunca: casi 50 horas a la semana.
El cambio de suerte de Justin se supone que representa un giro más amplio hacia cómo algunos trabajadores han pasado de plantearse una menor necesidad de trabajar o renunciar a puestos que no encajaban con sus objetivos, a tener una necesidad de hacerlo.
Pero la anécdota también demuestra algunas ironías más profundas en la forma en que se ha retratado esta tendencia en los últimos meses, seguramente a menudo reflejando algo exagerado y que escondía también otro tipo de condicionantes.
Esta dimisión silenciosa puede parecer una forma de tratar el 'burnout', pero hay que tener en cuenta que cuando uno se plantea la renuncia silenciosa, puede que ya sea demasiado tarde, según señalaban también los expertos, dando lugar a espacios de trabajo donde la implicación brillaba por su ausencia, o donde se tomaba por defecto esta postura en lugar de intentar mejorar internamente la situación.
El consejo es el mismo que ante casos de agotamiento laboral: si el equilibrio entre la vida laboral y la personal no es el adecuado, si el salario no satisface tus necesidades o si no hay apoyo para conseguir el ascenso que deseas, mantén una conversación con los jefes o responsables antes de decidir abandonar el trabajo puede cambiar tus condiciones para bien.