Empleo

Qué es el trabajo 'no lineal': ¿Flexibilidad o próxima palabra de moda en las ofertas de empleo?

  • El planteamiento de la jornada laboral está cambiando, y cada vez hay más opciones encima de la mesa

Los cambios sucedidos a raíz de la pandemia han hecho que el debate sobre la flexibilidad y nuevas formas de entender el trabajo, en cuando a su ubicación, disponibilidad y horario, estén más vivos que nunca.

Ahora es común debatir y ver experimentos sobre la jornada laboral de cuatro días, valorar ofertas de trabajo en función de si ofrecen empleo en remoto no o ver vacantes donde la flexibilidad se ofrece casi al mismo nivel de importancia que el sueldo.

Pero, además de estas fórmulas y del trabajo híbrido, también han salido otras. Y una de ellas es la jornada laboral "no lineal". ¿En qué consiste?

Cómo funciona una jornada laboral no lineal

Una jornada laboral no lineal significa que los empleados dividen su jornada laboral en dos o más bloques, en lugar de conectarse durante ocho horas seguidas. Hay distintas formas de entenderlo: Los equipos pueden establecer horarios de antemano para acomodar las horas de trabajo en la que son necesarias reuniones, o permitir que los empleados encajen espontáneamente todas las tareas en cada día a medida que se va formando.

Una empresa que la ha implantado es la conocida dentro del sector del software GitLab, cuyos 1.600 empleados trabajan desde casa en todo el mundo, y que tiene mucha práctica en ofrecer a sus empleados flexibilidad de ubicación.

¿Cómo es un día en la vida de la jornada laboral no lineal? En Future Forum preguntaron por su día a día a Darren Murph, jefe de trabajo en remoto de GitLab. Él cuenta que por ejemplo el día anterior a ser preguntado se levantó temprano y dedicó unas horas a trabajar de forma asíncrona antes de desayunar. A última hora de la mañana se dedicó a "hacer el tonto y jugar al Mario Kart" con su hijo pequeño y sus dos sobrinos, que se habían quedado a dormir la noche anterior.

Después, charló con un albañil que había ido a hacer unas obras en su casa, antes de volver a su despacho para atender las llamadas mientras su mujer se llevaba a los niños a jugar fuera. Por la tarde, aprovechó la siesta de los niños para hacer un poco de ejercicio, y luego cogió el coche y emprendió el viaje de dos horas a casa de los abuelos para pasar el fin de semana.

Después de recoger los platos y acostar a los niños, se instaló para responder a los mensajes de sus colegas durante unas horas más, antes de dar por terminada la jornada a las 11:30.

En definitiva, una jornada laboral que puede dilatarse durante todo el día pero con mucho parones para atender a familia y compromisos. O, por el contrario, concentrarse en el tiempo necesario si es posible. Flexibilidad, en definitiva.

¿Es una forma de ofrecer conexión perpetua?

Como todo, el trabajo no lineal también tiene un reverso negativo. Al igual que el teletrabajo sirvió y fue denunciado como un método por el que las empresas sabían muchas veces que los empleados podían alargar sus jornadas, especialmente durante el confinamiento, tener una jornada no lineal exige confianza por todas las partes.

Es posible que a medio plazo veamos empresas ofreciendo este tipo de jornada más a menudo. Al final puede ser cómoda para ambas partes y no compromete eliminar un día laboral como la jornada de cuatro días. Pero, la posibilidad de no desconectar nunca, también parece evidente.

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