
Desde pequeños nos inculcan que hay que decir "lo siento" cuando cometes un error. Se trata de un gesto de buena educación y respeto hacia la persona afectada con el que siempre acertarás, mientras no lo hagas en el trabajo. Y es que, en tu entorno laboral, disculparse utilizando esta frase puede tener más contras que pros. A continuación, os contamos los motivos y algunas frases alternativas para estas situaciones.
En el trabajo, decir "lo siento" nos pone en una "posición de desprecio", asegura Maurice Schweitzer, profesor titular de gestión en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania. Sin duda, se trata de una frase "muy amable", pero "no es ni autoritario ni asertivo", señala Schweitzer a CNBC Make It.
Y es que, según este profesor, "a veces, la gente parece más poderosa cuando no pide perdón". Una teoría apoyada por el estudio publicado en The European Journal of Social Psychology, en el que el 95% de los participantes mostraron signos de "mayor autoestima, integridad y sentimiento de poder" al negarse a disculparse por ofender a otra persona.
No estamos diciendo que no te disculpes nunca, ni siquiera cuando no hayas entregado un proyecto a tiempo, hayas cometido errores ortográficos en un documento importante o te hayas olvidado de algo. La cuestión en sí no es pedir perdón, son las palabras escogidas para hacerlo. Decir "Lo siento" está bien cuando se trata de algo que afecta directamente a otra persona. Sin embargo, en el trabajo, hay que escoger bien las palabras con las que asumes tu responsabilidad para no caer en el autodesprecio.
En lugar de decir "lo siento", puedes utilizar la frase "asumo la responsabilidad de mi error" acompañándola de las medidas que vas a tomar a continuación para enmendarlo. Según Schweitzer, de esta manera, mostrarás asertividad sin llegar a transmitir vulnerabilidad. Además, especificar lo que vas a hacer para solucionarlo es "algo poderoso y a menudo constructivo".
En otros casos, puedes aprovechar para dar las gracias o incluso ofrecer tu ayuda. Una opción es sustituir "siento llegar tarde" por "gracias por tu paciencia". También puedes aplicarlo a momentos de mucho trabajo, cambiando "siento que estés estresado/agobiado" por "me he dado cuenta de que tienes mucho trabajo. ¿Puedo ayudarte con algo?".
Al final, la clave consiste en asumir la responsabilidad al tiempo que se aprende de los errores cometidos buscando soluciones a los mismos. De esta manera, evitarás repetirlos y también tendrán menos impacto tu autoestima, así como en la manera en la que tus compañeros de trabajo te perciben. Asimismo, servirá para aliviar la presión constante por ser perfecto en cualquier situación.