
Pedro Sánchez ha visto un filón en el fichaje del expresidente de la Comunidad de Madrid Ángel Garrido por Ciudadanos. El presidente del Gobierno y candidato del PSOE para seguir en la Moncloa ha aprovechado para sembrar desconfianza en la derecha:cómo van a "fiarse" los españoles de PP y Ciudadanos, si son dos fuerzas que "no se fían entre ellas". Especial Elecciones Generales.
Ha sido en una entrevista en TVE donde Sánchez ha perpetrado el ataque: "Si no son capaces de gobernarse entre ellos, difícilmente van a aspirar a gobernar España", ha dicho para insistir en el argumento de que la derecha en España está "fragmentada", "desorientada" y sin proyecto.
Además, Sánchez ha vuelto a denunciar que PP y Ciudadanos "han abrazado a la ultraderecha" de Vox en lugar de contraargumentar sus "falacias" y ha avisado de que eso, en última instancia, beneficia al partido de Santiago Abascal. "Me da pena, que más allá de PP y Ciudadanos, la ultraderecha está condicionando y mucho su discurso. Está crispando y radicalizando sus posiciones", ha señalado el presidente del Gobierno. En este punto, ha admitido que tiene más afinidad en cuestiones sociales con Unidas Podemos, pero ha recalcado que hay que alcanzar consensos en materia demográfica o de cambio climático que traspasen las fronteras ideológicas.
"Antes del 29 de abril viene el 28, ¿cómo nos podemos quedar si suman las tres derechas?"
"O concentramos el voto en torno al único partido que garantiza que este partido sigue avanzando o, a lo mejor el 29 de abril nos podemos estar echando las manos a la cabeza", ha asegurado tras ser preguntado por si incluirán a Podemos en el Gobierno: "Son castillos en el aire, que son estupendos, pero antes del 29 de abril viene el 28, ¿cómo nos podemos quedar si suman las tres derechas?", ha advertido.
Sin embargo, puestos a suponer Sánchez tiene una preferencia, que es hacer un gobierno monocolor. "Mi plan es gobernar con integrantes socialistas e independientes de reconocido prestigio y progresistas". Todo lo contrario de lo que pretende Iglesias, que sigue presionando con un gobierno mixto.