"Con premura", y por tanto, "con poco tiempo" para tomar una decisión, la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, comunicó ayer que, tras analizar el informe de los letrados de la Cámara, PSOE, PP y Ciudadanos han optado por suspender cautelarmente las actas de diputados de Oriol Junqueras, Jordi Turull, Jordi Sánchez y Josep Rull, por aplicación del artículo 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Unidas Podemos ha votado en contra y ha solicitado más tiempo para fijar una posición.
A dos días de las municipales, autonómicas y europeas, con un Gobierno en funciones donde no hay nada cerrado en lo relativo a la formación del Ejecutivo y con una aritmética de pactos con estrecho margen entre bloques, la suspensión de los políticos procesados por el desafío al Estado el 1-O de 2017, abrió ayer una puerta a un horizonte de ingobernabilidad del país, donde la aprobación de cualquier ley será un camino pedregoso.
Para empezar, con cuatro diputados menos, el computo de la mayoría absoluta para la investidura de Pedro Sánchez puede cambiar. Ahora, los letrados del Congreso tendrán que calcular una nueva mayoría, estudiar el caso y llegar a una conclusión. Eso implica que, de los 176 votos necesarios de los 350 escaños que tiene nuestro hemiciclo, esta mayoría puede pasar a 174. Es decir, que el candidato socialista podría aprovecharse de una carambola por necesitar menos votos para ser presidente del Gobierno, salvo que los diputados afectados renuncien a su acta y den paso a nuevos diputados que, finalmente, voten en contra del secretario general del PSOE.
Forjar otras alianzas
Aunque este escenario de oposición frontal del independentismo catalán, al menos por parte de ERC, parece lejano -Gabriel Rufián se ha manifestado a favor de una abstención por parte de Esquerra-, lo cierto es que la suspensión de los diputados presos introduce un nuevo ingrediente: un riesgo añadido, que fuerza a que el Grupo Socialista empiece a mirar en otras direcciones y comience a forjar otras alianzas si entre los socios de la moción de censura se dan algunas bajas, dada la volatilidad de las posturas secesionistas. Y es ahí donde irrumpen los dos escaños de Coalición Canaria, que de mo-mento no quieren ni oír hablar de pactos con Pedro Sánchez, pues están convencidos de que ya tiene todo atado y bien atado con Unidas Podemos para gobernar de la mano.
En esta foto finish, de entrada, Junts per Catalunya plantea, primero exigir la reconsideración de la Mesa del Congreso, tras ello acudir al Tribunal Constitucional para reclamar los derechos de sus dirigentes y, por último, apelar a la vía de los tribunales europeos.
Ayer, Laura Borrás, de JxC, dijo que su formación deja en manos de Turull, Rull y Sànchez mantener o no sus actas de diputados. Así que de este lado puede venir una sorpresa. Por parte de ERC, el mensaje es más calmado. También pedirá la reconsideración de la Mesa del Congreso acerca del informe de los letrados, pero descarta que Oriol Junqueras renuncie a su acta por esta circunstancia, ya que tenía pensado hacerlo en el tiempo límite para proceder a ser candidato a las elecciones europeas, antes del 2 de julio, aunque la investidura de Sánchez no está cerrada, y la semana pasada se daban como fechas finales de junio, principios de julio.
Entrevistado ayer por RAC1, Junqueras defendió la apuesta por dialogar con el Gobierno central y con el conjunto de fuerzas políticas, y afirma que así se lo transmitió al presidente, Pedro Sánchez, cuando se dieron la mano esta semana en el Congreso.
"Todos deberíamos hablar. Me parece una obviedad. Y en el caso de que hablar no siempre sirva a la primera, la alternativa es continuar hablando con todos", concluyó, añadiendo que se trata de hablar, pero también de que todas las partes se escuchen.
Sobre el 'no te preocupes' que le dedicó Sánchez desde la bancada del Congreso, Junqueras explicó que él le preguntó si le incomodaba que le diera la mano, y sostuvo que solo tuvieron tiempo de que le pidiera diálogo -Junqueras al presidente-.
Una asociación poco electoral
No por esperada la resolución de la Mesa del Congreso, el soberanismo catalán ha abandonado su vehemencia hacia el juez Manuel Marchena, al que ven "vencedor" frente a Batet, asociando a pocas horas de unas elecciones locales y autonómicas, una pinza entre PSOE, PP y Ciudadanos, a los que agrupan en el bando del 155. La coincidencia en el voto de PSOE, PP y Cs, en temas de especial relevancia, no se daba desde octubre de 2017, con motivo de la aplicación del 155, hasta ayer.
Pacto con 'indepes'
La cabeza de lista del PP al Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, afirmó ayer que el PSOE pactará con "el populismo de Pablo Iglesias" y con el nacionalismo independentista catalán tras las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo."Nos hacen ver que no van a pactar con los independentistas, pero que no nos engañen, lo estamos viendo esta semana en el Congreso",declaró. "Veremos que después del 26 de mayo pacta con el independentismo y Pablo Iglesias tendrá un ministerio", pronostica.
