
Red Eléctrica (REE) dejará de cobrar unos 300 millones al año a partir de 2023 por el vencimiento de la retribución regulada de un 35% de sus activos. En concreto, las infraestructuras anteriores a 1998, que la normativa vigente considera amortizadas.
Es cierto que, tras la denuncia de REE, el caso está en los tribunales pero el hecho de que la firma haya limitado el horizonte de su Plan Estratégico hasta 2022 indica que asume la pérdida. REE recibe así un fuerte varapalo, al que debe sumarse el recorte a la retribución de todas las redes, como resultado de la aplicación de la nueva metodología retributiva establecida por la CNMC. Es obvio que la compra de Hispasat, cuyas sinergias están en duda, no basta para compensar este golpe al negocio de REE.