Editoriales

El músculo que aún luce la planta de Ford en Almussafes

Ford anuncia que, desde 2021, su fábrica de Almussafes dejará de producir las furgonetas Transit Connect destinadas a exportarse a EEUU. En cuanto a la parte de la producción de este vehículo que se vende en Europa, de momento, no se ve afectada.

Se trata así de un recorte limitado, no tan drástico como los que la marca aplicó a otras de sus filiales en el Viejo Continente, especialmente en Alemania. Ahora bien, es muy probable que la evolución del mercado aboque a Ford a hacer más ajustes y resultaría ingenuo pensar que no afectarán a Almussafes.

La marca estadounidense ve cómo sus ventas crecen en su país y se estancan en Europa. Además, desde 2018, se sujeta a un pacto con Volkswagen por el que cede a la marca alemana la producción de furgonetas ligeras a este lado del Atlántico desde 2022. En otras palabras, es posible que la Transit, y sus sustitutos, acaben fabricándose exclusivamente en Norteamérica. Paralelamente, la demanda de monovolúmenes y berlinas baja frente a los todoterrenos urbanos y esa realidad golpea al X-Max, el Galaxy y el Mondeo, que se montan en España y que suponen el 50% de su negocio.

Sin embargo, reconocer esta realidad no equivale a dar por condenada a Almussafes. La planta valenciana continúa siendo la más eficiente de las que Ford tiene en Europa. Es el resultado de años en los que acumuló una alta competitividad, elevada cualificación de sus trabajadores y una importante flexibilidad laboral. Sobre esta base, si se evitan decisiones políticas que creen incertidumbre entre los inversores, como elevar sus costes fiscales y laborales o lanzar mensajes alarmistas sobre el diésel, Almussafes puede recibir nueva carga de trabajo que compense la que ahora está en el aire.

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