
Ford Almussafes recibió este miércoles el primero de los golpes para los que se prepara desde hace meses, cuando la multinacional americana anunció su campaña de recortes en toda su división europea. Hasta la fecha quienes los habían encajado eran las plantas de Alemania, Reino Unido y Rusia, pero finalmente le ha llegado el turno a la española con la pérdida de la producción de la furgoneta Transit Connect para Norteamérica a partir del año 2021.
En efecto, la furgoneta era uno de los vehículos que estaban en el punto de mira de los fabricados en la factoría valenciana. Pero lamentablemente no es el único. También lo están los monovolúmenes S-Max y Galaxy y la berlina Mondeo, que suman juntos alrededor del 50% de la producción de vehículos de la filial valenciana, tal y como viene advirtiendo el propio comité de empresa de la planta.
Por lo que respecta a la furgoneta Transit Connect, la incertidumbre sobre su continuidad respondía realmente al acuerdo alcanzado entre Ford y Volkswagen por el que la firma americana asumía el desarrollo y la producción de pick-ups y furgonetas de gran tamaño y la alemana la de las furgonetas urbanas, todo ello a partir de 2022. En consecuencia, el temor era quedarse en esa fecha sin la producción de la furgoneta urbana Transit Connect, un escenario que se agrava con la pérdida, un año antes, de la producción de este modelo para América, que dependerá en adelante de la factoría mexicana de Hermosillo (una decisión, por cierto, que cabe enmarcar en los acuerdos comerciales de EEUU con México y Canadá).
En consecuencia, alrededor de 40.000 unidades que se enviaban al mercado americano -según las exportaciones actuales- dejarán de producirse en Valencia a partir de 2021. Quedarían entonces unas 75.000, pero tal vez solo ese año, hasta que entre en vigor el acuerdo con Volkswagen. En términos de empleo, la cifra estimada de destrucción de puestos de trabajo es de 400 al perder el volumen de Norteamérica y de 1.000 si desapareciera el modelo por completo.
Por lo que respecta a los Mondeo, S-Max y Galaxy, cuyo ciclo productivo en Almussafes también expira en 2022, no se trata de una decisión estratégica de Ford, sino de una coyuntura de mercado. Como le está ocurriendo al grueso de las marcas, las berlinas y monovolúmenes van a la baja para mayor gloria de los SUV, los terrenos ligeros como el Kuga, que sí conserva la salud en los concesionarios. Tanto es así que este modelo acaparó prácticamente la mitad de la producción de vehículos de Ford Almussafes en el pasado ejercicio 2018.
Pero la tendencia de los otrora modelos familiares de moda es la contraria, y prueba de ello son los movimientos de Ford en EEUU, donde ha anunciado que dejará de vender el Mondeo; y la primera decisión drástica tomada en Alemania: el anuncio del cese de la producción del monovolúmen C-Max en la planta de Saarlouis. En condiciones normales cabría confiar en la fiabilidad de Ford para captar nuevos modelos, pero la multinacional ha reiterado en varias ocasiones que no realizará inversiones en Europa hasta recuperar la rentabilidad en el continente. Aguarda una agónica espera para la planta valenciana.