
La ministra Magdalena Valerio deja en evidencia a su secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado. La gravedad de este episodio va más allá de delatar la descoordinación entre cargos de tanto peso del Ministerio de Trabajo.
Más importante resulta que Valerio eche por tierra la razonable propuesta de Granado de ligar la cuantía de las nuevas pensiones de viudedad al nivel de renta de sus beneficiarios.
Es más, la ministra asegura que su única intención respecto a estas prestaciones es "subirlas". Se trata de un mensaje manifiestamente influido por la cercanía del 28-A, que obvia, de forma interesada, la situación de la Seguridad Social. El sistema de pensiones no puede permitirse más medidas electoralistas que sigan poniendo en riesgo su sostenibilidad.