Editoriales

Unas rebajas fiscales oportunas

El Gobierno aprobó el anteproyecto de ley de los Presupuestos de 2018, en los que las rebajas en el IRPF y las subidas a las pensiones mínimas y de viudedad acaparan el protagonismo. En Renta son numerosos los cambios: subida del mínimo exento de declarar; menor tributación de los ingresos del trabajo del tramo entre 14.000 y 18.000 euros anuales y varias deducciones nuevas por aspectos como el cuidado a los mayores.

En cuanto a las pensiones, el alza será del 3%, muy superior a la inflación y al compromiso que el Gobierno asumió con Ciudadanos. Si los Presupuestos se aprobaran, serían cerca de 12 millones de personas las que verían elevados sus ingresos. La situación económica es buena (aunque existen incertidumbres como la cuestión catalana) para acometer este tipo de medidas, con un avance del PIB revisado al 2,7% y con la previsión de ingresos fiscales en máximos (210.000 millones).

Además, se trata de ajustes puntuales y reversibles. De ese modo, en el caso de las pensiones, no se compromete aún más la crítica situación de la Seguridad Social ni se da marcha atrás en sus reformas más recientes, descartando medidas temerarias como ligar estas prestaciones al IPC. Ahora bien, se echa de menos más ambición en los cambios tributarios, hasta el punto de hacer que estos también beneficien a la estructura productiva e industrial del país.

Lo que el nuevo Presupuesto propone da un cierto alivio a muchos ciudadanos, pero en nada contribuye a aspectos clave como elevar la creación de empleo. Para eso hacen falta otras medidas como la muy demandada reducción de cotizaciones sociales o una mayor inversión en I+D. Las Cuentas de 2018, por tanto, no van más allá de unas rebajas fiscales muy oportunas para frenar la fuga de votos del PP.

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