
La semana pasada el Gobierno aprobó la autorización para los reembolsos sin límites en planes de pensiones desde 2025. Son conocidas las críticas del sector por el peligro de descapitalización a que se somete a estos vehículos. Pero los potenciales perjuicios llegan más lejos.
El permiso para reembolsar no se limita a 2025, sino que, desde ese año, afecta a toda aportación que tenga, como mínimo, 10 años de antigüedad. Los gestores, por tanto, se verán obligados a mantener una mayor liquidez disponible, para atender los posibles rescates, lo que les restará recursos a la hora de invertir. Se trata de una traba que puede recortar más las bajas rentabilidades características de estos vehículos y menguar en mayor medida su atractivo a los ojos del ahorrador.