Editoriales

Cepsa como nuevo operador eléctrico de peso

Cepsa dará un giro muy ambicioso en su negocio en España. En los próximos meses, la petrolera ampliará de forma exponencial su negocio de comercialización de gas y electricidad. Ya provee de esas fuentes de energía a clientes industriales, pero su objetivo es actuar también como suministrador de hogares.

Se trata de un paso lógico en el afán de la firma de convertirse en un operador con presencia en todos los sectores energéticos, expandiéndose más allá de su muy asentada actividad relacionada con la explotación del petróleo en todas sus etapas (desde la extracción hasta las gasolineras). La evolución del transporte hacia formas de energía limpias y las nuevas regulaciones, más exigentes en materia ecológica, animan a llevar a cabo una diversificación como la que Cepsa planea, que le conducirá también a invertir en energía eólica.

En el caso de la distribución de gas y electricidad a minoristas, la empresa cuenta además con el estímulo de generar sinergias con sus negocios ya existentes. Así, es posible hacer ofertas a la nutrida base de clientes de sus estaciones de servicio, para que contraten también con Cepsa el suministro de sus hogares. Ahora bien, pese a todos estos argumentos, cabe la posibilidad de dudar del recorrido que tendrá la llegada de un nuevo jugador a un mercado en el que ya operan gigantes. Sin embargo, Cepsa tiene fortalezas indudables.

Al respaldo del macroplan inversor (40.000 millones de euros) que desplegará hasta 2030, se suma el hecho de que ya cuenta con una marca asentada y fiable, capaz de atraer a los consumidores. El mercado eléctrico español está así en vías de experimentar un fuerte revulsivo con el desembarco de un actor de la talla de Cepsa.

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