
La fuerte revalorización en bolsa de Repsol ha beneficiado a los accionistas que eligieron cobrar el dividendo en acciones en vez de en efectivo. En concreto, desde julio de 2012, la retribución en papelitos es un 9% más rentable que el pago en cash. La buena gestión y el alza del precio del petróleo ha logrado lo que parece imposible habida cuenta de que el scrip es perjudicial para el accionista al diluir su participación.
Esta forma de pago nacida en la crisis, con el objetivo de mantener el dividendo al tiempo que las empresas reducían sus flujos de caja, carece de sentido en la actualidad. De ahí que Repsol mire más allá del beneficio puntual que sus accionistas han logrado con el scrip y se plantee volver a la retribución en metálico.