Editoriales

Impacto aún impredecible del 1-O

El pánico estuvo ayer muy lejos de dominar la evolución de la bolsa española. Sin duda, se dejó sentir la tensión vivida durante la celebración del referéndum ilegal del domingo. De hecho, la fuerte caída de valores catalanes, como Sabadell y Caixabank, hizo que el Ibex 35 empezara el lunes con fuertes retrocesos.

Al cierre de la sesión, sin embargo, el selectivo moderó su descenso hasta el 1,2%, después de una jornada en la que ni siquiera se acercó a los mínimos registrados en agosto, cuando el enfrentamiento dialéctico entre EEUU y Corea del Norte convulsionó los mercados.

Ahora bien, pocas certezas se pueden tener sobre si el Ibex 35 mantendrá intacta esta calma en una semana en la que la crispación política está en máximos. Hoy la CUP se ha sumado al paro de país, la huelga general que también busca implicar al empresariado y la Administración.

No obstante, el paso más importante de los antisistema y de Junts pel Sí para extremar la tensión será una posible declaración de independencia en el Parlament, para posibilitar su proclamación este viernes. Por si fuera poco, son ya evidentes las secuelas que ha dejado la muy cuestionable decisión del Gobierno de recurrir a las cargas policiales para evitar las votaciones, pese a que el referéndum ya estaba logísticamente desarmado.

La falta de prudencia ha motivado un toque de atención de Bruselas, advirtiendo de que "la violencia no puede ser un instrumento político". Por tanto, sería precipitado tomar la primera reacción de la bolsa española como representativa de lo que puede ocurrir en los mercados y la economía a medio y largo plazo. Los efectos del 1-O en las futuras decisiones de inversión y consumo son aún impredecibles.

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