Editoriales

Sin base para el alarmismo en bolsa

Nuevo día difícil para las bolsas europeas, con fuertes descensos, como el 1,38% del Ibex 35. El alza que, en paralelo, experimentaron activos refugio como el oro demuestra que la causa de los descensos es la misma que actuó el pasado miércoles: el enfrentamiento dialéctico entre EEUU y Corea del Norte. La tensión se ahondó ayer con nuevas provocaciones de Pyonyang, en las que asegura que son cuatro los misiles que planea lanzar sobre Guam. Puede sorprender que un factor como éste, con todos los visos de que será pasajero y tan alejado de la coyuntura económica, golpee tan fuerte a los mercados.

Del mismo modo, resulta paradójico que los índices europeos sufran más que los de EEUU. Anomalías así se explican por las particularidades del funcionamiento bursátil en un mes como agosto. En pleno verano, la ausencia de datos económicos de peso es la norma (el último conocido fue la vigorosa creación de empleo estadounidense en julio, hace una semana).

No existen, por tanto, contrapesos que puedan mitigar el impacto de noticias inesperadas como el intercambio de amenazas entre EEUU y Corea. El bajo nivel de negociación propio del verano también contribuye a amplificar el efecto de este tipo de informaciones en las bolsas, hasta el punto de que, como ha ocurrido en Europa, se encuentren muy cerca de niveles de referencia, del estilo de los 10.400 puntos en el caso del Ibex 35.

Está todavía por verse si el miedo ganará fuerza suficiente para quebrar esos soportes. Es más, aún en el caso de que los rompan, los expertos dudan de que las caídas se prolonguen hasta desactivar la tendencia alcista que todavía muestra el mercado europeo. Por todo ello, no hay base de momento para justificar el alarmismo en bolsa.

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