
El Ibex volvió ayer a los retrocesos, con una caída del 1,6 por ciento. Como resultado el selectivo se halla tan sólo 1,5 puntos porcentuales de los 10.377 puntos, el nivel que presentaba antes de que la victoria electoral de Emmanuel Macron en Francia se diera por segura. La ruptura de ese soporte es, por tanto, factible lo que, sin embargo, no debería dar lugar a ningún pánico.
El descenso aún tendría que prolongarse mucho más para dar por amortizada la reconstrucción alcista que el Ibex, y con él las bolsas europeas, presentan desde mediados de 2016. Por ello, considerando que no hay grandes amenazas globales a la vista en el corto plazo, la bolsa española puede ofrecer una buena oportunidad de compra de títulos que ahora vuelven a mirar a sus mínimos anuales.