Aunque la naturaleza del inversor de fondos de pensiones es conservadora, estos productos reducen su exposición a renta fija para elevarla en bolsa. Desde 2012, la deuda ha caído nueve puntos en el porcentaje de sus carteras, hasta el mínimo histórico del 54%. Por contra, la renta variable ha crecido nueve puntos en el mismo periodo, hasta el 27%.
Para los analistas la tendencia seguirá en 2017 debido a las perspectivas negativas del mercado de bonos. La inflación repunta y medidas como la mayor inversión y las bajadas fiscales en EEUU, junto al endurecimiento de las políticas de los bancos centrales beneficia a la bolsa. La renta fija no es una apuesta fiable. De ahí que los gestores tengan que adaptarse al nuevo escenario para lograr rentabilidad.
