Editoriales

La arriesgada apuesta de Talgo en Kazajistán

El desplome del precio del crudo salpica a Talgo en Kazajistán. El Gobierno del país, cuya economía depende en buena medida del petróleo, ha incurrido en impagos, lo que ha obligado al fabricante ferroviario a ralentizar el ritmo de entrega de trenes. Ante la perspectiva de tener que sufragar ella misma los convoyes, Talgo toma una decisión correcta pero que pone en peligro un contrato de venta de 3.000 vehículos, de los que ya se han entregado 600 unidades.

La mejora de los precios del petróleo hace prever que Kazajistán será capaz de ponerse al día. Con todo, Talgo debería tomar nota de lo acontecido, ya que existen precedentes de otras empresas españolas que atestiguan los riesgos que se corren, al operar en países donde la seguridad jurídica no está garantizada.

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