
El precio del crudo superó ayer la cota de los 50 dólares, animado por la próxima reunión de la OPEP, de la que se espera que salga un posible recorte de la producción. Aunque parte del incremento se debe a una previsión que puede que no se concrete, el hecho de que el petróleo retome la senda alcista es una buena noticia para las energéticas, cuya rentabilidad estaba en entredicho.
Pero sobre todo elimina los perniciosos efectos bursátiles y macroeconómicos generados por el brusco descenso en los precios del crudo del primer trimestre del año. La evolución positiva actual, junto a la bajadas de las primas de riesgo en Europa, son síntomas que invitan el optimismo y hacen prever una buena evolución de los mercados en los próximos meses.