
Los mercados descuentan por unanimidad que pasado mañana la Reserva Federal protagonizará su primera alza de tipos en una década. Asumida esa certeza, lo realmente clave es determinar cómo conducirá en los próximos meses su retorno a una política normalizada. La mayoría de los expertos creen que 2016 terminará con los tipos entre el 1% y el 1,25%. Considerando que su punto de partida es casi cero, esa previsión equivale a un ritmo pausado de alzas.
Se trata de una expectativa plausible en la medida en que la primera economía muestra un buen estado de salud, con pleno empleo y crecimiento, pero sin ningún riesgo de inflación pese a que los salarios avanzan por encima del 2%. En este escenario, la Fed puede permitirse proceder con calma.