La histórica victoria de Mauricio Macri, en las presidenciales argentinas, demuestra hasta qué punto el país está en situación límite tras 12 años de kirchnerismo. No en vano su PIB es incapaz de crecer; la inflación ronda el 25% y rigen cerca de 15 tipos de cambio del peso contra el dólar. Pero aún más gravosa es la herencia que los Kirchner dejan en forma de pleno descrédito internacional, tras años de impagos, expropiaciones e inseguridad jurídica.
Los argentinos tomaron conciencia de ello y respaldaron a quien prometió volver a "abrir a Argentina al mundo". Macri se enfrenta a retos titánicos, pero en la medida en que rompa el aislamiento y recupere la confianza inversora, podrá afirmarse que nace un nuevo y prometedor horizonte económico.