
Una de las grandes asignaturas pendientes que deja la recién acabada legislatura es la reforma de la financiación autonómica, cuyo remozado Hacienda ha pospuesto pese a que estaba programada, desde 2009, para el presente año.
El mecanismo aún en vigor ha contribuido a perpetuar ineficiencias ya antiguas como es un reparto de recursos muy descompensado, que ha convertido a comunidades como Andalucía y Extremadura en receptoras netas de recursos año tras año, sin asegurar que ese excedente sea utilizado para acabar con el retraso secular que ambas arrastran.
En paralelo, otras comunidades se ven permanentemente infrafinanciadas, en especial las pertenecientes al arco mediterráneo (Cataluña, Murcia, Valencia). Urge afrontar este desequilibrio, pero sin perder de vista que la infrafinanciación sirve también de cobertura para llevar a cabo un incumplimiento sistemático de la disciplina fiscal en algunas de estas regiones.
Siete años incumpliendo
Precisamente en el arco mediterráneo se acumulan ya siete años consecutivos de rebasamiento de los topes de déficit público, en los que también la deuda ha crecido sin control. De hecho, Murcia ha multiplicado por cinco el volumen de su pasivo en ese periodo. Ni siquiera el abundante recurso al FLA por parte de estas regiones ha impedido que los incumplimientos fiscales se hayan vuelto crónicos.
Sin absorber recursos del mencionado fondo, y viéndose igualmente penalizada en la financiación, Madrid mantiene el nivel de deuda más bajo de España y destaca como una de las autonomías más cumplidoras con el déficit. En el arco mediterráneo no todo han sido las carencias financieras; también influye una gestión caracterizada por la ineficiencia.