Enagás inicia el plan para que las regasificadoras que tiene en la Península sean gasolineras para barcos. Estas plantas convierten gas licuado en natural; sin renunciar a esa labor, suministrarán también a los buques gas licuado, el combustible llamado a sustituir al petróleo que alimenta ahora a los buques.
No en vano es más abundante, más barato y, sobre todo, mucho menos contaminante. Enagas se posiciona ante un cambio que la legislación internacional apremia, y anticipa el futuro del transporte marítimo, basado en el desarrollo de grandes corredores para barcos, con objeto de descongestionar las carreteras europeas, que necesitarán de una amplia red de gasolineras, en las que no sólo estarán presentes los suministradores tradicionales como Repsol o Cepsa.