Los inversores españoles deben prepararse para un cambio de hábitos a la hora de cobrar dividendos. Actualmente, pueden apurar al máximo, de modo que incluso las acciones compradas el día anterior a la fecha del desembolso facultan para recibir el beneficio. Sin embargo, la reforma del sistema de liquidaciones europeo obliga, desde octubre próximo, a poseer las acciones al menos tres días antes del cobro.
Se eliminarán así los problemas logísticos, como el hecho de que una compañía no pueda disponer del registro definitivo de sus accionistas el día anterior al pago. Con todo, la medida tiene más alcance, ya que es un paso hacia una mayor unidad financiera, ya que acaba con la absoluta disparidad que la liquidación de dividendos presenta en la UE.