
Cada día que pasa, la bolsa española se pone más interesante para el inversor que quiera comprar. Sin nuevos estímulos para prolongar sus subidas y presionada por las alertas procedentes de Grecia, el Ibex perdió ayer un 2,74% (la tercera caída más acusada del año) hasta los 11.115,6 puntos.
También tuvieron mucho que ver los datos de déficit llegados del otro lado del Atlántico, peores de lo esperado, que probablemente frenarán su crecimiento. Con estos mimbres, el selectivo español cedió el nivel de los 11.200 puntos y refuerza cada vez más la tesis de que la actual fase correctiva pueda profundizar hasta la zona de los 10.850/ 11.000, lo que señala un buen momento de entrada en renta variable para tomar posiciones.