
Febrero pasado resultó histórico para el mercado laboral español al cerrarse con 13.538 desempleados menos con respecto a enero y 96.909 afiliados más. De estos últimos, un tercio correspondió a la construcción. Es de por sí un logro que el sector que constituyó la zona cero de la crisis tenga ahora músculo para liderar la creación de empleo.
Pero aún supone una mejor noticia ver cómo una actividad de tanto peso específico, purgada de los excesos del pasado, se halla en condiciones de contribuir a la recuperación. Es un potencial que no debe desdeñarse, máxime considerando que, al contrario que antaño, se encuentra equilibrado por el empuje de otros sectores clave, como la industria, segundo sector que más empleo genera.