Economía

La AIReF pide acabar con los préstamos para reindustrializar España: el Gobierno dilapida 5.000 millones sin lograr resultados

  • Las pérdidas del programa son de unos 1.260 millones de euros

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal y Financiera (AIReF) ha lanzado los últimos informes correspondientes a la revisión del gasto público -spending review- que le fue encargado por el Estado el año pasado. Uno de ellos ha versado sobre el Programa de Apoyo a la Inversión Productiva (RCI), es decir, el plan para la reindustrialización que ha venido ejecutando el Gobierno entre 2008 y 2016, una estrategia que según el ente solo ha servido para dilapidar fondos públicos.

Concretamente, la AIReF estima que en este plan, que consiste en préstamos directos del Ministerio de Industria a nuevos proyectos en condiciones muy ventajosas -sin intereses y a coste cero-, se invirtieron unos 4.900 millones de euros que se repartieron entre unos 5.000 proyectos presentados por unas 3.900 empresas, es decir, más de un millón de euros por empresa única. Sin embargo, han tenido una eficacia y una eficiencia nulas, con escasos efectos que se han quedado en el corto plazo. Ni siquiera hay un impacto en la productividad de las empresas.

Y todo ello a pesar de que el coste público de cada puesto de trabajo creado con este apoyo a la inversión es casi cinco veces mayor que el subsidio por desempleo máximo. Un despropósito.

A estos escasos resultados e importantes costes hay que sumar que las pérdidas del programa son muy elevadas. Alcanzan los 1.260 millones, de los que muchos se generaron en el periodo de crisis financiera. Y la tasa de morosidad de las empresas que han recibido los préstamos - la mayoría pequeñas, según el ente - no ha hecho sino crecer cada año, llegando al 23%. Por estas razones, entre otras, la AIReF ha pedido la suspensión del programa y de su desarrollo.

Necesidades sin identificar

Además, el ente lamenta que el programa "no identifica necesidades ni se alinea con una estrategia. Es muy dificil medir si se han cumplido objetivos o no a través de mejoras de competitividad de las empresas o del tejido industrial, metas no medibles", considera. "No hay objetivos cuantititativos".

Por ello, fuentes de la Autoridad consideran que hay que empezar desde cero "con un nuevo diseño estratégico del programa, de manera que se puedan "reevaluar las necesidades y aspectos a mejorar en le tejido industria, redefinir los objetivos a medio plazo, clarificar los ámbitos de actuación, cuantificar los objetivos y el plazo de consecución y adecuar el alcance y potencial financiero del instrumento a los objetivos de futuro de la política industria".

Según el ente, el informe ya ha sido entregado al Ministerio de Industria, que ha aceptado su contenido, aunque no ha habido respuesta más allá de esta.

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