
La economía española está dando síntomas de aguante ante los envites de la desacelaración mundial que ya ha trastocado las resultados macroeconómicos de las principales potencias de la Unión Europea. Sin embargo, la amenaza de una nueva crisis será el escenario ante el que tendrá que cuadrar su política económica, tributaria y laboral el futuro Gobierno del PSOE, vencedor de las elecciones del 28-A, y sus eventuales socios.
Sobre esta coyuntura se centró la conferencia magistral del catedrático de Economía en la Universidad de Pensilvania, Jesús Fernández Villaverde, impartida en el auditorio de la Fundación Rafael del Pino en Madrid bajo el título de España en la encrucijada de competitividad y la productividad. ¿Cómo será la próxima crisis y cómo podemos preparar a la economía española para superarla con éxito? En este sentido, el profesor explicó que ante la coyuntura de desequilibrio internacional y la resistencia de la principales magnitudes de la economía española, el Gobierno saliente de las negociaciones entre el PSOE y el resto de las fuerzas parlamentarias tendrá la responsabilidad de preparar el terreno para sortear los efectos más negativos de la inevitable recesión, "que va a llegar".
"Preparémonos ahora para la siguiente crisis y rompamos el ciclo de no estar prevenidos. Cuándo va a llegar la crisis no lo sabe nadie porque la economía es compleja y con estructuras no lineales", explicaba el profesor durante su intervención en la que apuntó a cinco puntos débiles que debería de "atacar" el poder legislativo a través de reformas que pongan a punto la maquinaria para soportar el vendaval que apareja el final del ciclo expansivo de la economía.
Cinco piedras en el camino
Las cinco debilidades de la economía española Fernández Villaverde recomienda vigilar son la situación de las cuentas públicas, el nulo avance de la productividad, la estructura de las exportaciones –uno de los principales motores de la recuperación-, la delicada situación del sector financiero y el problema de la economía política.
Según explica el catedrático, en ausencia de política monetaria propia, España solo tiene margen de actuación en la política fiscal. "Pero la situación es mala en el corto medio y largoplazo", señala. En el corto hay un déficit estructural del 2,5%, algo que supondría un problema sólo ante una "pequeña" caída de la recaudación, el primer efecto palpable de la desaceleración de la economía, que ya ha puesto a España en el maro de crecimiento del 2,5% tras los cuatro años de avance en el entorno del 3%.
"Los viernes sociales de Pedro Sánchez han hecho que el déficit se estanquen en el 2,5%"
"El déficit debería haber caído más rápido pero los Gobiernos de PP y PSOE se han dedicado a gastar más con una policía expansiva", criticó el profesor apuntando que "los viernes sociales de Pedro Sánchez han hecho que el déficit se estanquen en el 2,5%", lo mantiene la deuda pública sobre el PIB en el 98,5%.
En este punto, mención especial merece la aportación al problema de cuentas públicas el deficitario estado de bienestar español, presionado en su situación financiera por el progresivo envejecimiento de la población, que aventura fuertes incrementos del gasto en pensiones públicas, sanidad y dependencia, y la caída de la natalidad que plantea en el medio y largo plazo tensiones en el mercado de trabajo y la recaudación tributaria del Estado.
En segundo lugar está la productividad que "tiene que crecer porque al final del día las horas trabajadas tienen un límite". Fernández Villaverde explica que la única manera de crecer a un mayor nivel en el largo plazo pasa por un crecimiento de la productividad. "La productividad es hoy la misma que en 1981", recuerda en relación a una recuperación de la economía que también se ha visto favorecida por la fuerte devaluación de los salarios y no por la mejora de las cadenas de valor de las industrias y los servicios españoles.
Fragilidad de las exportaciones
El tercer factor de riesgo está en las exportaciones a pesar de ser uno de los factores de éxito en la recuperación ha sido nuestra capacidad de expansión en el comercio internacional. Pero hay un problema de composición, ya que el grueso de los flujos se encuentra en sectores muy expuestos al cambio tecnológico. "Lo que más exportamos son coches y el automóvil está electrificándose y nuestra industria no está preparada. El problema de exportaciones a medio plazo reside en que la UE se está quedando atrás en la gran competición del SXXI, que es las de las baterías eléctricas", señala el catedrático de Economía.
Además, el destino de las exportaciones está muy concentrado en Europa occidental y, ppor contra, hay muy poca relevancia y crecimiento en Asia. "India va a ser la principal potencia en los próximos 30 años y allí no tenemos presencia", advierte. En este sentido, nuestro nivel de complejidad de exportaciones es muy bajo. "Producimos coches pero son de gama baja. Las exportaciones son muy sensibles al ciclo económico y los cambios de precio", argumenta.
En cuarto lugar está el sistema financiero, donde el principal riesgo reside en que las entidades bancarias tienen un nivel de capital propio muy bajo. "Los bancos no ganan dinero, no son rentables. El retorno de fondos es del 5,4%, 12.300 millones. Y eso siendo el mejor periodo del ciclo y buena parte es de la actividad del BBVA y Santander fuera de España. El sector tiene que generar recursos propios", reclama el experto.
"El 28-A recompensó el cortoplacismo de los viernes sociales del PSOE"
En último lugar está la interacción entre la economía y política, lo que Fernández Villaverde denomina, economía política. "Esta legislatura se presenta con un Congreso muy fragmentado y con una representación nacionalista muy alta, lo que hará que cualquier tipo de agenda legislativa va ser complicada. Llevamos así desde el 2014, no hay una labor legislativa de reforma", apunta añadiendo que "los resultados del 28-A recompensa el cortoplacismo de los viernes electorales del PSOE".
Una estrategia de reforma
Ante esta coyuntura el futuro Gobierno deberá realizar una política que atienda a la crisis de las cuentas públicas reduciendo el déficit más rápidamente. "En este momento del ciclo de la economía deberíamos estar en superávit; hay que elevar ingresos y reducir gastos, medidas dolorosas que no le van a gustar a nadie" aventura el catedrático de la Universidad de Pensilvania. En este sentido, el profesor apunta a un incremento del IVA, para pasar a un tipo único que recaude más, como ocurre en la mayoría de países del entorno comunitario.