Economía

El alza de cotizaciones no compensa el mayor gasto en pensiones de Sánchez

  • La peor calidad de los trabajos, clave en el déficit de la Seguridad Social
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La decisión del Gobierno socialista de mantener la senda de crecimiento de las pensiones en relación al incremento de la inflación supondrá un tensionamiento de las Cuentas por las obligaciones reconocidas por parte del Estado en términos de gasto destinado a las clases pasivas, algo que también podría neutralizar parte de los esfuerzos del Ejecutivo sobre aumento de la recaudación tributaria. Este es el caso de la relación inversa que existe entre la sostenida mejora del empleo experimentada en los años de recuperación económica y el incesante endeudamiento que registra la Seguridad Social, de 18.650 millones de euros previsto para este 2019, lo que supone cerca de un 1,1% del PIB, del mismo modo que en este periodo se prevé que el volumen de empleo a tiempo completo se incremente en un 2%, según cifras arrojadas por la Comisión Europea.

En este punto, uno se podría preguntar por qué ante un avance del empleo sostenido en los últimos años, apenas se ha visto reflejado en la salud financiera de la Seguridad Social. Dos son los motivos principales que explican la perniciosa tendencia. Por un lado, es conocido que la reforma laboral del 2012 estableció un nuevo marco regulador del mercado de trabajo. En este sentido, el Banco de España, apunta que la creación de empleo de los dos últimos años es sensiblemente inferior a la media de empleo generada en 2006 y 2007, cuando superaba el 8%. Así, en los dos últimos ejercicios no ha alcanzado el 7%. Y tras tocar un mínimo en 2013, en torno al 5,8%, la tasa de creación de empleo presentó una tendencia ascendente hasta mediados de 2017, y permaneció relativamente estable desde entonces en valores cercanos al 6,5%. Algo que el regulador justifica por "el mayor volumen de población inactiva y desempleada que se observa en la actualidad".

Un gasto 'dopado'

El segundo elemento que explica estos desfases es el hecho de que la propia mejora del empleo en términos monetarios de recaudación por cotizaciones sociales es incapaz de absorber el avance del gasto de la Seguridad Social en pagas de carácter contributivo, organismo que gestiona esta recaudación y que destina de forma íntegra al pago de las pensiones.

Es decir, el incremento del gasto en pensiones avanza a mayor velocidad de lo que lo hacen los ingresos del Sistema para sufragar esta partida por lo que el déficit se mantiene en un senda ascendente, y más allá, en términos absolutos supone un agujero en las Cuentas, que neutraliza el buen desempeño de otras remesas de recaudación.

En cifras, la coyuntura se aprecia con claridad tomando como referencia los datos registrados en 2013, año en el que el mercado de trabajo español tocó fondo sumando a 16,2 millones de afiliados en la Seguridad Social, que nutrieron las arcas públicas con 96.390 millones de euros procedentes de las cotizaciones sociales, para sufragar un gasto en pensiones contributivas que alcanzó los 108.270 millones.

Desde este momento, todos los indicadores presentan mejoras anuales progresivas, pero a un ritmo distinto, y aquí reside la clave de por qué el mejor desempeño del mercado laboral se ve neutralizado por la subida de las pensiones aplicada por el Gobierno de Pedro Sánchez tanto en 2018 como en 2019, ambas presupuestadas por el anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy, que alcanzó un acuerdo a este respecto con el PNV en respuesta a una oleada de manifestaciones por parte del colectivo pensionista, azuzado por las fuerzas políticas de izquierda, como Unidas Podemos, y que se ha sustanciado con un incremento de las cuantías del 1,7% el pasado año y el 1,6% para el presente en virtud de lo aprobado en el Real Decreto-ley del mes de diciembre.

Así, la diferencia de velocidades se sustancia al analizar el incremento registrado entre los años 2013 y 2019 -en base a las previsiones del Gobierno de España- de la afiliación a la Seguridad Social, que crece casi un 18,5%, en consonancia con el aumento de los ingresos por cotizaciones sociales, que avanzan un 18,06% en este mismo periodo.

Sin embargo, el gasto en pensiones contributivas parece haberse desligado de estas progresiones y registra un aumento en este periodo de seis años de un 25%, hasta situarse en el presente ejercicio en los 135.267,63 millones de euros, lo que supone un 10,8% del PIB. Es decir, el gasto avanza casi un 7% más rápido que los ingresos.

Esta tendencia se empezará a romper en 2019, cuando se prevé que en tasa interanual los ingresos crezcan un 7,5%, frente al 6,4% de los gastos, rebajando el déficit un 0,4%.

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