
Este viernes se cerró una de las campañas electorales más broncas que se recuerdan, en la que las acusaciones y las demonizaciones entre los candidatos a la Presidencia de Gobierno han volado sin rubor de unos a otros. Sin embargo, tanto PSOE como Partido Popular aprovecharon la última jornada para abrir la puerta a posibles pactos postelectorales con los partidos de la izquierda y de la derecha, respectivamente, dada la improbabilidad de que alguna formación logre la mayoría absoluta en las elecciones generales que se celebran este domingo.
El paso dado por Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y candidato de los socialistas, es especialmente llamativo. En la entrevista concedida en El País, el todavía residente en Moncloa aseguraba que la entrad de Podemos en un futuro Ejecutivo "no es ningún problema. Yo con el señor Iglesias y con Unidas Podemos solamente puedo tener palabras de gratitud. Hay una lección de estos diez meses y es que la izquierda puede entenderse cuando quiere y hacer cosas buenas". Unas palabras que significan un importante giro en el mensaje que el PSOE ha venido transmitiendo en toda la campaña, que ha sido el de querer gobernar en soledad.
Además, en declaraciones a la Cadena Ser, Sánchez precisó que no quiere depender de los independentistas catalanes para seguir en Moncloa. "No son de fiar", afirmó.
Por su parte, Pablo Casado, presidente del PP, se mostró abierto a formar gobierno tanto con Ciudadanos como con Vox en ESRadio. "Tengan 10 escaños o tengan 40, van a tener la influencia que ellos quieran tener para entrar en el Gobierno o para decidir la investidura o la legislatura. Por tanto, ¿para qué vamos a andar pisándonos la manguera entre nosotros, si lo que tenemos que hacer es sumar?". Esto no significa que Casado renuncie a concentrar el voto de la derecha. De hecho, el popular apeló a los "simpatizantes" de ambos partidos para que voten al PP, ya que si no lo hacen estarán "haciendo un favor" a Sánchez.
Con todo, en Ciudadanos no gustaron las palabras de Casado. Albert Rivera, líder del partido naranja, consideró "una falta de respeto, en vez de hablar de ganar, empezar a repartir ministerios, cuando a lo mejor, si algunos se despistan o se desinflan, no ganamos", criticó en un acto en Comunidad Valenciana.
Similitudes económicas
De cara a las futuras negociaciones, los programas económicos no deberían ser un problema para que los partidos alcanzaran acuerdos dentro de sus entornos ideológicos.
Tanto Partido Popular como Ciudadanos y Vox coinciden en proponer drásticas bajadas de impuestos, sobre todo en el IRPF, así como la supresión de tasas como el tributo a Sucesiones y Donaciones. Además, apuestan por incentivos fiscales para atraer empresas.
Mientras, tanto PSOE como Unidas Podemos están también en la misma sintonía económica. Ambos quieren subir el gasto social, así como mejorar los ingresos del Estado recaudando más fondos de las empresas y de los grandes capitales. Para ello se maneja, entre otras medidas, crear un tipo mínimo del Impuesto de Sociedades para grandes compañías y poner en marcha las tasas Tobin y Google.