
El Banco de España ha reconocido que los tipos de interés negativos impuestos por el Banco Central Europeo (BCE) han empujado a algunas entidades a endurecer las condiciones en las que se ofrece el crédito y a enfocarse en préstamos de menor riesgo. Esto supone que familias y empresas han podido ver reducidas sus posibilidades de obtener financiación por el efecto de los tipos negativos en la Eurozona, que han 'obligado' a algunas entidades ha repercutir parte del coste a los agentes que necesitan financiación (a través de comisiones, por ejemplo) o a negar el préstamo a los que presentasen un mayor riesgo crediticio. Sin embargo, el BdE cree que esta política no ha tenido efectos sobre el volumen total de crédito ni ha reducido la concesión de préstamos.
Junio de 2014, la Eurozona se encontraba inmersa en un proceso de desinflación (una inflación cada vez menor) y el Banco Central Europeo (BCE) se adentró en el mundo de los tipos negativos aplicando un -0,1% a la facilidad de depósito. Marzo de 2019, los tipos negativos persisten. El tipo sobre facilidad de depósito (donde los bancos guardan el exceso de liquidez en forma de reservas) tiene un tipo oficial del -0,4%, lo que supone a la postre una penalización para los bancos que mantienen su dinero en el BCE. Esta tasa negativo ha podido influir en el coste del crédito para familias y empresas si se compara con otro escenario en el que los tipos no hubieran llegado a ser negativos, pero sí cercanos a cero.
Óscar Arce, Miguel García-Posada y Sergio Mayordomo, economistas del Banco de España confirman la hipótesis que había ganado fuerza recientemente de que los bancos peor capitalizados buscan reducir sus riesgos, lo que puede derivar en una caída de los ingresos netos por intereses y, por tanto, su capacidad de generar capital orgánicamente a través del margen de intermediación (los ingresos que obtienen por la diferente entre los intereses por pedir prestado y los intereses por prestar). De este modo, los bancos tienden a intentar compensar esta situación endureciendo las condiciones de acceso al crédito y elevando las comisiones.
No todos los bancos se han visto afectados del mismo modo. Los economistas del banco central han realizado una estudio con una muestra de 122 bancos de 13 países de la Eurozona, y la conclusión demuestra que es posible diferenciar entre bancos afectados y los bancos que salen indemnes por los bajos tipos. Los resultados arrojan principalmente que los primeros tienen ratios de capital más bajos que los segundos, del 10,3% y del 11,5% de media, respectivamente.
Los expertos aclaran que una posible razón por la que las entidades afectadas por los tipos negativos tienen peores ratios de capital es que tienen limitada su capacidad de expansión crediticia.
La teoría sobre los tipos negativos
Los economistas del BdE recurren a la extensa literatura internacional para explicar este fenómeno. Los tipos negativos implementados por los bancos centrales no se trasmiten al sistema financiero porque resulta muy complejo que los bancos comerciales pongan tipos negativos a sus depositantes. Este límite surge porque los clientes puede optar por acumular sus ahorros en billetes si el banco les cobra demasiado. De este modo, las entidades perderían una de sus principales fuentes de financiación, los depósitos de familias, empresas u otros agentes.
Esta es una limitación importante. Si los bancos no pueden 'cobrar' a los clientes por sus depósitos tampoco pueden reducir el coste del crédito si quieren mantener su margen de intermediación (el dinero que gana el banco por prestar menos la remuneración que ofrece por los depósitos).
El Banco de Noruega publicaba recientemente un trabajo en el que mostraba que "una política monetaria con tipos negativos del -0,5% incrementa el coste del crédito en unos 15 puntos básicos y reduce el crecimiento en unos 7 puntos básicos".
Más volumen, menos rentabilidad
No obstante, tanto el banco central nórdico como el BdE explican que el efecto sobre el menor ingreso el crédito puede ser compensado incrementando el volumen total de préstamos. Aunque el margen de los intereses sea menor, incrementando el volumen de crédito se puede compensar el menor margen que se obtiene por cada crédito conseguido.
Así, los economistas del BdE explican de una forma más rigurosa que los menores márgenes de intermediación unitarios en los beneficios de los bancos suelen ser compensados parcialmente con un aumento de la oferta de préstamos, si bien el escaso nivel de capital supone un obstáculo. Los bancos con más capital sin han podido compensar el menor margen dando más crédito, algo que no han logrado hacer los bancos peor capitalizados que tienen mayores límites en la concesión de préstamo precisamente por ese menor ratio de capital.
A modo de conclusión, el trabajo del BdE señala que "la oferta crediticia se ha ajustado a través de los términos y las condiciones de los préstamos concedidos, y no a través de la cantidad total ofrecida. Este resultado sugiere que el nivel actual de la tasa de facilidad de depósito (-0,4%) no estaría causando una contracción del volumen de crédito ofertado por parte de los bancos afectados".