
Groenlandia podría comenzar a exportar arena en grandes cantidades 'gracias' al calentamiento global, que poco a poco está derritiendo la vasta capa de hielo de la isla y depositando grandes cantidades de sedimentos en el mar y la costa del país.
La extracción de arena y grava, ampliamente utilizada en la industria de la construcción, podría impulsar la economía de Groenlandia, un país que cuadruplica en tamaño a España, está cubierta de hielo (el 77% de su territorio), sólo tiene 55.860 habitantes y que depende en gran medida de los subsidios de Dinamarca.
Al extraer arena, "Groenlandia podría beneficiarse de los desafíos planteados por el cambio climático", sostiene un equipo de científicos de Dinamarca y Estados Unidos en la revista Nature Sustainability.
El estudio, titulado "Las promesas y los peligros de la explotación de arena en Groenlandia", también reconoce que la isla tendría que evaluar los riesgos de la minería costera, especialmente para la pesca, una de las principales actividades económicas en la actualidad.
Se derrite el hielo
El aumento de las temperaturas globales está derritiendo la capa de hielo de Groenlandia, que bloquea la cantidad de agua suficiente para elevar el nivel global del mar en unos siete metros si es que alguna vez se descongela por completo. No obstante, el progresivo aumento de las temperaturas está derritiendo parte del hielo y llevando cada vez más arena y grava a los fiordos costeros.
"Se puede pensar en esto (el hielo derretido) como un grifo que vierte sedimentos en la costa", explica Mette Bendixen, autora principal del artículo, experta del Instituto de Investigaciones Árticas y Alpinas de la Universidad de Colorado.
La demanda mundial de arena totalizó alrededor de 9.550 millones de toneladas en 2017 con un valor de mercado de 99.500 millones de dólares y se proyecta que alcance casi 481.000 millones de dólares en 2100, impulsada por el aumento de su uso y una posible escasez, según el estudio.
Esta situación plantea una inusual oportunidad para la isla. "Normalmente, los pueblos del Ártico se encuentran entre los que realmente sienten el cambio climático: la costa erosionada, menor nivel de permafrost", sostiene Bendixen. "Esta es una situación única debido a la capa de hielo que se derrite".