
El Gobierno de Venezuela ha perdido el control de la vida política en las últimas semanas, asomándose a un cambio de paradigma pero, sin embargo, la Administración de Nicolás Maduro perdió el timón de la economía hace años. Al menos, ésta es la visión que se extrae de las diferencias sobre el discurso acerca de la evolución de los principales indicadores macro, donde se constata la inopia económica en la que permanece el Ejecutivo venezolano.
Recientemente, elEconomista tuvo acceso a un informe de la profesora de Economía de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, cercana al Gobierno de Nicolás Maduro, Pasqualina Curcio, en el que se exponen las principales dolencias de la economía de país como un ataque orquestado por Estados Unidos para erosionar el desempeño de la región, provocar el desabastecimiento y eventualmente acabar con el Gobierno de Maduro.
En este sentido, se pueden extraer hasta cinco grandes mentiras que el Ejecutivo venezolano se empeña en difundir como justificación a una más que cuestionable gestión de la economía y los recursos del país. Y pese al difícil escrutinio de la economía venezolana que empaña cada vez más los análisis macroeconómicos sobre la región, los estudios del FMI y expertos acerca de la realidad del país hacen aflorar los verdaderos motivos de la deriva venezolana.
1. Crecimiento
En este punto, el FMI sí logra diagnosticar la tendencia del PIB pese a la escasez de información, rechazando la teoría de la mano negra, asegura que el desplome del crecimiento y posterior recesión se debe a la inestabilidad política y social, además del derrumbe de la producción del petróleo. Esto ha llevado al país a retroceder el 16,5% en 2016, el 14% en 2017, el 18% en 2018 y se prevé que la caída llegue al 5% este año. Como explica el exalcalde de Caracas hasta 2015, Antonio Ledezma, a elEconomista este factor se debe en buena medida a las "políticas de expropiaciones" que ha llevado a cabo el Gobierno y que han espantado las inversiones extranjeras del país. Así, según los datos del Fondo, el PIB per cápita se ha reducido entre 2013 y 2017 un 35%, retroceso que podría alcanzar el 60% en el periodo de entre 2013 y 2023.
2. Inflación
Es uno de los puntos más llamativos y que más ha trascendido mesiánicamente de la crisis venezolana. Si bien el Gobierno de Maduro lo achaca al desabastecimiento premeditado de las importaciones, desde el FMI se apunta a una hiperinflación por el financiamiento monetario del déficit fiscal y pérdida de confianza de la moneda. Así, el Fondo prevé un progresivo avance de los precios al consumo en niveles desorbitados, cerrando 2018 con un alza del 1.370.000%, mientras que para 2019 se espera que el alza se dispare a 10.000.000% superior al encarecimiento de bienes y servicios experimentado en el ejercicio vencido. En este sentido, el exalcalde de Caracas explica que actualmente "para comprar un pollo en el mercado un empleado medio tiene que trabajar durante un mes".
3. Comercio
Precisamente, el tema comercial es otro de los puntos más polémicos de la actual crisis en Venezuela por el desabastecimiento que castiga a las clases medias y bajas de la sociedad. Desde el Gobierno, se mantiene la teoría de la influencia de los enemigos sobre los principales importadores hacia el país. Así, Venezuela exportaba hace cinco años bienes por valor de 77.000 millones de dólares, volumen que ha descendido hasta los 8.000 millones en la actualidad. En este sentido, el déficit fiscal en el país se estima en el 20% del PIB, lo que supone una cifra cercana a los 155.000 millones de euros. Todo ello, implica a efectos una reducción de bienes agroalimentarios y de medicamentos en la oferta comercial del país. Pero buena parte de la responsabilidad del cierre de negocios se debe de nuevo a la inestabilidad política en la región, que ha impedido el emprendimiento y ha cortado los flujos de inversión en el país, fundamentales para mantener la potencia del tejido empresarial y una cierta estabilidad en el mercado de trabajo. Como explica Ledezma, de las 13.300 industrias intensivas que se repartían a lo largo y ancho de la región hoy solo restan poco más de 3.300, "y muchas de ellas se trabajan al 20% de la producción solo para conservar la maquinaria y los bienes de equipo", siendo las empresas dedicadas a la actividad agropecuaria de las más afectadas por el cierre patronal. Mención aparte merece la situación de PDVSA, la petrolera estatal y principal activo del país, que ha pasado de producir 3,5 millones de barriles diarios en la época de Hugo Chávez a 1 millón con el Gobierno de Nicolás Maduro.
4. Desempleo
La coyuntura anteriormente expuesta tiene como principal efecto el empobrecimiento de la población y la pérdida de calidad de vida de las personas. Contra las cifras del informe de Pasqualina Curcio, que reflejan una tasa de desempleo en el entorno del 6%, los datos del FMI apuntan a un paro que cerró 2018 en el 34,3% y que se elevaría este año hasta el entorno del 38%. Todo ello, como denuncia el exalcalde de Caracas, ha provocado que la economía sumergida se incremente en un 60%, lo que señala la proliferación de mercados secundarios y desrregularizados que, más allá, dificulta más si cabe la recuperación del país. Explica Ledezma que en estos momentos el salario medio en Venezuela, al cambio de moneda, es de unos 5 euros mensuales. Y tal es el la voracidad de la inflación, que tras la subida aplicada por Maduro en noviembre de 2018, en diciembre el salario ya se había devaluado hasta la cota de 1 dólar, por lo que aplicó una nueva subida en enero de 2019 del 300% que elevó de nuevo el haber medio a 5 euros mensuales.
5. Pobreza
Por lo anteriormente mencionado el nivel de pobreza entre la población se ha elevado exponencialmente, con un fuerte deterioro de los servicios públicos y asistenciales, además de la erosión del sector privado. En este sentido, el exalcalde de Caracas refiere niveles de hasta el 90% de la población en riesgo de pobreza, con un impacto de mayor envergadura sobre la clase media del país, además de un 64% de la población que declara pérdida de peso en los últimos años y hasta 60.000 menores en situación de desnutrición. Por contra, la versión oficialista de la situación expone una caída progresiva de la pobreza por necesidades básicas insatisfechas, llegando a presentar dos índices: uno de pobreza general, que se encontraría en el entorno del 18,3%, y uno de pobreza extrema, que se situaría en el 4,4% de la población, cifras muy por debajo de las que arrojan los organismos internacionales. En este punto, además, hay que recordar el éxodo migratorio de 2,3 millones de venezolanos en solo tres años.