
Donald Tusk es franco y directo. El presidente del Consejo Europeo no se muerde la lengua en los momentos críticos. Ayer, su mensaje volvió a llegar claro en medio de la confusa y problemática salida del Reino Unido de la UE. El tiempo se agota. Por eso, el timonel de las cumbres europeas avisó en la carta que envió a los líderes que esta noche discutirán los planes para una ruptura a las bravas con Londres.
Europa quiere ayudar a la premier británica, Theresa May, para que logre el aprobado de su Parlamento al acuerdo de salida. Es un "buen acuerdo" también para los europeos, han repetido las capitales y las instituciones comunitarias. Por eso, primero escucharán a May para saber cuáles son sus "preocupaciones" con el proceso de ratificación. Por la noche intentarán darles respuesta, explicó ayer un alto cargo europeo.
Pero May tiene el enemigo en casa. El margen de maniobra de la UE para ayudarle con los euroescépticos de su partido es reducido. Las opciones que se barajan se quedan cortas para las expectativas de los duros de los Conservadores. Estos quieren eliminar, o al menos limitar claramente, el cortafuegos (backstop) por el que se evitaría una frontera dura en Irlanda del Norte.
Esta medida de urgencia implicaría mantener al Reino Unido en la unión aduanera hasta lograr otra solución mejor, lo que para los euroescépticos representa continuar siendo prisioneros de la UE.
Entre las opciones que barajarán los líderes se incluye una declaración política, o incluso añadir un protocolo al acuerdo de salida, que subraye que el backstop será temporal si se llega a usar. Pero no reabrirán los términos de divorcio. Con un considerable número de diputados en contra de su acuerdo y de su liderazgo, resulta complicado esperar que las 585 páginas terminen por recibir finalmente el aprobado de Westminster.
Según va pasando el tiempo, la "obligación" de prepararse para una salida desordenada se convierte en más urgente, reconoce un alto cargo de la UE. Los Estados miembros ya han dado un paso importante esta semana para proteger al sector financiero, uno de los más expuestos por el Brexit. Las capitales acordaron permitir durante un año las operaciones con derivados a través de las cámaras de compensación británicas en régimen de equivalencia.
Seísmo financiero
Una interrupción hubiera representado un seísmo financiero, al controlar la City londinense gran parte del mercado de derivados en Europa, el cual suma nada menos que 660 billones al cierre del pasado año.
El Brexit ha eclipsado la última cumbre del año, pero no será el único capítulo de importancia. Los líderes europeos también mantendrán durante la jornada de hoy la primera discusión en profundidad sobre el próximo Presupuesto Plurianual Europeo (2021-2027).
España aspiraba a que los Estados miembros fijaran con más claridad una fecha, lo antes posible, para lograr un compromiso que se espera muy complicado. Sin embargo, franceses, holandeses, húngaros y polacos prefieren arrastrar los pies, por diferentes motivos. Al final, el borrador de conclusiones prevé que se logre cerrar para "otoño de 2019".