El abogado general Manuel Campos Sánchez-Bordona ha propuesto este martes al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que Reino Unido puede revocar su salida de la Unión Europea (Brexit) en base al artículo 50 del Tratado de la Unión Europea. En la práctica supone que Reino Unido podría cancelar en el último momento la salida de la Unión Europea, si ratifica el alto tribunal la posición del abogado general. La libra responde al alza ante el pronunciamiento de la fiscalía europea y se sitúa en 1,28 dólares.
Para este letrado, la posibilidad de revocar el Brexit siempre está, hasta el momento en que se materialice y se haga efectiva la salida del país del bloque comunitario.
"El artículo 50 admite la revocación unilateral de la notificación de la intención de retirarse de la Unión, hasta el momento en el que se concluya el acuerdo de retirada"
"El artículo 50 admite la revocación unilateral de la notificación de la intención de retirarse de la Unión, hasta el momento en el que se concluya el acuerdo de retirada", defiende Campos Sánchez-Bordona en su interpretación del precepto. Eso sí, la revocación se podrá dar siempre y cuando haya sido decidida "de conformidad con las normas del Estado miembro (en este caso, Reino Unido), se comunique de manera formal al Consejo Europeo y no suponga un práctica abusiva", añade.
Esta interpretación de Campos se basa en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, ya que el Tratado de la UE no hace ninguna mención a una posible revocación. Por ello, el letrado argumenta que "a tenor del artículo 68" de dicha Convención, "las notificaciones de retirada de un tratado internacional pueden ser revocadas en cualquier momento antes de que surtan efecto".
El abogado general destaca asimismo en su argumentación que la retirada de un tratado por parte de un país es "una manifestación de su soberanía y una muestra del principio del respeto a la identidad nacional de los Estados". Por tanto, permitir revocar dicha decisión sería otra manifestación de estos principios, desde su punto de vista.
Las opiniones de los letrados del Tribunal de Luxemburgo no son vinculantes, pero sí suelen marcar el camino de la sentencia final que dictará el organismo. La sala que lleva el caso comienza ahora las deliberaciones sobre este asunto y la sentencia se dictará posteriormente.
Requisitos para la revocación y argumentos para legitimarla
El rechazo de la revocación conllevaría en la práctica la salida forzada de la Unión de un Estado que, según la jurisprudencia reciente del Tribunal de Justicia, sigue siendo miembro de la Unión a todos los efectos. Sería ilógico forzar a dicho Estado miembro a retirarse de la Unión para que luego tuviera que negociar su adhesión, según el abogado.
Las condiciones y límites de la revocación quedan establecidos, según Sánchez-Bordona, en la notificación de la intención de retirada al Consejo Europeo mediante un acto formal.
En segundo lugar, debe respetar las normas constitucionales internas. Si, como en el caso del Reino Unido, la aprobación parlamentaria es un requisito previo a la notificación de la intención de retirarse, "es lógico que la revocación de dicha notificación también exija la misma aprobación".
Durante las negociaciones entre Bruselas y Londres siempre ha estado en el aire la reversibilidad del Brexit. La Comisión ha adoptado una postura prudente pero ha dejado la puerta abierta a que Londres pudiera dar marcha atrás en cualquier momento. El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, ya defendió públicamente que "en teoría depende de los propios británicos que han tomado la decisión de irse, decidir finalmente si lo harán o no, y cómo lo harán", cuando fue preguntado si había posibilidad de parar el Brexit a raíz de una campaña en Reino Unido que pedía un segundo referéndum sobre el acuerdo final del Brexit.
John Olav Kerr, el experto legal que redactó el artículo 50, ya había advertido en la prensa británica que el Brexit podía ser cancelado en cualquier momento. "Conforme van apareciendo informaciones nuevas, la gente cambia de opinión y no hay nada en el Artículo 50 que se lo impida. Creo que el pueblo británico tiene derecho a saber esto y no deberían confundirles", aseguró el que fuera embajador de Reino Unido ante la Unión Europea.
El fallo definitivo del TJUE debería conocerse antes del 29 de marzo de 2019, fecha en la que, en principio, se hará efectiva la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Cabe recordar, además, que esta interpretación del abogado general se ha conocido tan solo una semana antes de que la Cámara de los Comunes vote el acuerdo para el Brexit que alcanzaron la Comisión Europea y el gobierno británico, liderado por Theresa May.
Tanto durante las negociaciones como en la recta final, May no ha dado opción a parar el Brexit, pese a la presión de parte de la población. La premier ha apostado por mantener el Brexit como un asunto imposible, de firmeza política para contentar la rebelión interna en su propio partido que están a favor de la salida de la Unión Europea.
El TJUE supone un chaleco salvavidas que podrían ayudar a los que hacen campaña a frustrar el Brexit con un segundo referéndum. Y también podría animar a algunos diputados pro europeos vacilantes a votar en contra del acuerdo de May del próximo 11 de noviembre.
El Gobierno de May teme una sentencia así que tire por la borda su legado político basado en las negociaciones con la Unión Europea. Intentó bloquear la petición del Partido Nacionalista Escocés (SNP), los laboristas y los verdes de clarificar el artículo 50 para abortar el Brexit y que finalmente ha terminado en instituciones europeas.
Sin embargo, la sentencia tiene un doble filo en Reino Unido a pesar de que es un colchón para una salida in extremis del Brexit. May puede utilizar la posición de Luxemburgo para presionar a los diputados a que apoyen su plan su salida, con un botón nuclear contra los Brexiteer que critican el acuerdo.